Pocos son los ciudadanos que reparan en ello, pero las formas de delito y su comisión se multiplican a través de internet. Aunque con años de retraso, la Justicia ha comenzado a poner remedio con el nombramiento de fiscales especializados en delincuencia informática. Jorge Bermúdez es el responsable en Gipuzkoa, además de uno de los principales expertos en España. Tiene claro que el problema es, cuando menos, «importante».
Pregunta. ¿Tan preocupante es la situación?
Respuesta. El grado de sofisticación de los cibercriminales está en otra galaxia respecto a lo que la población imagina e incluso a los medios para perseguirlos. Hoy en día pueden entrar en ordenadores, robar contraseñas, suplantar identidades, manejar videocámaras de Internet ajenas e incluso operar con cuentas bancarias sin que la víctima se percate de ello. Basta con convertirse en uno de sus objetivos y no es tan difícil.
P. ¿Avanzan demasiado rápido las nuevas tecnologías en comparación con la obsoleta estructura judicial?
R. Lo hacen a una velocidad de vértigo, más allá del uso que se las dé, y algunos delitos incluso han quedado ya anticuados, como las estafas de tarificación adicional que proliferaban cuando se accedía a las páginas web a través de un número concreto de teléfono.
P. ¿Llega tarde una vez más la Justicia?
R. Nos sacan años de ventaja y además estamos desbordados de trabajo. Como la policía, que incluso ha comenzado a realizar cribas para centrarse exclusivamente en los casos más importantes. Está claro que no se pueden impulsar juzgados especializados en cada tipo de delito, pero sí puede haber fiscales especializados, que es lo que se ha hecho. El futuro pasa porque seamos nosotros quienes dirijamos la investigación.
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