El presidente de la comisión, el exministro Wim Deetman, explicó que la cifra de víctimas es solo una estimación de los abusos que ocurrieron en el seno de instancias religiosas como orfanatos, internados y seminarios. Aunque la comisión ha investigado casos de abusos desde 1945 hasta 2010, la cifra absoluta indicada se corresponde al período comprendido entre 1945 y 1981, ya que son entre esos años cuando más predominaban este tipo de instancias.
Según la Comisión, que inició sus investigaciones en agosto de 2010, la cultura dentro de la Iglesia católica se regía por la ley del silencio respecto a los casos de abusos, a pesar de que tenía conocimiento de los hechos. Sin embargo, aclara que no hará públicos datos sobre personas individuales a la vez que explicó que las informaciones recabadas no constituyen en principio una fuente de pruebas jurídicas.
Preguntado por su opinión sobre qué necesitan ahora las víctimas, el exministro respondió que las indemnizaciones son esenciales al igual que los centros de atención. El informe provisional, divulgado hace un año, ya señaló haber recibido un total de 1.975 denuncias y criticó el funcionamiento de la entidad creada por la conferencia episcopal para ayudar a las víctimas.
Este informe final se ha publicado poco más de un mes después de que la conferencia episcopal anunciara que pagará indemnizaciones a las víctimas, que recibirán hasta 100.000 euros en los casos de mayor gravedad (por ejemplo violaciones reiteradas), mientras que la mayoría de las compensaciones oscilarían entre 5.000 y 25.000 euros.
La Red de supervivientes de abusos por parte de so cerdos, digo, s@cerdotes, y líderes de otras organizaciones de derechos humanos se presentaron el pasado mes de septiembre en La Haya portando pancartas y fotografías de infancia para exigir la apertura de un proceso contra el vaticano ante la Corte Penal Internacional.
La petición del grupo de víctimas es que la justicia internacional investigue al vaticano por la impunidad que rodea los abusos sexuales de menores, cometidos a gran escala por funcionarios de la iglesia católica, y la forma en que el vaticano protegió a los pederastas.
Fuente: Atea en Teoría