El aumento del maltrato y el abandono de menores son dos de las consecuencias menos conocidas de los recortes sociales en Grecia, azotada por una crisis a la que no se ve aún salida y con muchas familias sometidas a una enorme incertidumbre sobre su futuro.
Los drásticos recortes en los escasos servicios sociales destinados a la infancia en este país, junto a un desempleo récord del 18 %, ponen a prueba a las familias y, según los expertos, están en el origen del creciente número de casos de violencia familiar, negligencias y abandonos.
Las familias con menos recursos y las madres solteras son especialmente vulnerables a la crisis económica en Grecia, donde ha aumentado el número de menores que llegan a centros de acogida porque sus padres carecen de recursos y tiempo suficiente para ellos.
«Hasta 2009 los niños que vivían en nuestros albergues eran huérfanos que habían perdido a ambos padres o hijos de drogadictos o alcohólicos. En 2010 el 80 % de las familias que pidieron nuestra ayuda lo hizo porque no podía ocuparse» de sus menores, explica a Efe Georgios Protópapas, director de Aldeas Infantiles SOS en Grecia.
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