Un tribunal de Varsovia ha multado a la cantante polaca Dorota Rabczewska, conocida como Doda, con 5 000 eslotis (1 169 euros) por haber dicho, en una entrevista televisiva en 2009, que cree más en los dinosaurios que en la Biblia porque “es difícil creer en algo escrito por borrrachos y fumados“.
Las leyes antiblasfemia, propias de las teocracias islámicas, no deberían tener hueco en los países civilizados, que deben respetar la pluralidad de creencias y el ateísmo. Legislaciones como la polaca socavan gravemente la libertad de expresión al proteger a creencias e ideas frente a la crítica. Como dice Michael DeDora, director del Center for Inquiry (CfI) en Nueva York, los librepensadores debemos oponernos activamente a este tipo de leyes y presionar a los Gobiernos democráticos para que sean derogadas. Silenciar a las personas para proteger las ideas es medieval, es poner la libertad en manos de los credos. La crítica y la burla de todas las ideas -las nuestras, las primeras- es un derecho al que la sociedad no debe renunciar.
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