Han restaurado la cadena perpetúa que estaba abolida desde 1870. Han impuesto el doble pago en los litigios y recursos jurídicos. Han retrotraído la ley del aborto a la de 1985 y anunciando que con carácter restrictivo. Han quitado la dispensa de la píldora postcoital. Han aumentado los impuestos cuando juraban y perjuraban en campaña electoral que no lo iban a hacer. Han aumentado el IBI y el IRPF y han hecho depender de las rentas del trabajo el 80 % del esfuerzo fiscal. No han tomado ni anuncian ninguna novedad para combatir el fraude fiscal de 8.000 millones de euros al año. No han aplicado ni piensan hacerlo el pírrico 1 % que recomienda la UE en las transacciones financieras. Las grandes fortunas, refugiadas en los Sicav, siguen tributando un bochornoso 1 %.
Han anulado, utilizando una mentira como argumento y siguiendo la obediencia al Episcopado, la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Preparan una “durísima” y enésima reforma del mercado laboral, con abaratamiento del despido, acortamiento y abaratamiento del desempleo, práctica anulación de la negociación colectiva, medidas todas que tratan de ocultar el objetivo inconfeso de abaratar los salarios reales un 15 %. Pretenden hacer tabla rasa de todas las medidas de protección medioambiental – “milongas”, les llaman-, relanzar la burbuja inmobiliaria, especialmente en las costas, y transvasar todo lo transvasable.
Su única obediencia es la reducción del déficit a costa de todo: del peligro de recesión interminable, de la supresión completa de programas y ayudas sociales y del aumento imparable de los índices de pobreza, ya por encima del 25 % técnico.
Todo ello en poco más de un mes.
Alfonso Guerra dijo que “una pasada por el socialismo iba a dejar a España que no la iba a reconocer ni la madre que la parió”. Estos le han ganado. Y en un tiempo record. Cambian el nombre de las calles, vuelve los santos, los frailes, los roques y los fascistas y autoritarios reconocidos. Procesan a los jueces que buscan justicia con la memoria y hacen que absuelvan a los corruptos, arruinadores de autonomías y amiguitos del alma.
No hay que engañarse. En este Gulag pepero, vuelven a mandar los Obispos, los Bancos, la CEOE y los fachas de tomo y lomo.
En un mes hemos puesto proa al medievo, a la sociedad feudal y al esclavismo.
Las epidemias de peste no causaban tanto daño.
Fuente: Lucas Leon Simon