Con base en entrevistas a 394 condenados por el delito de acceso carnal violento, las autoridades lograron elaborar un documento sobre perfiles de los agresores sexuales en la modalidad de asalto, es decir, cuando la víctima desconoce a su atacante.
Miguel Álvarez Correa, coordinador del Observatorio de Derechos Humanos del Instituto de Estudios de la Procuraduría General de la Nación, explicó que se identificaron rasgos que, destacó, no son camisa de fuerza, pero son características comunes entre quienes cometen este delito.
Señaló que en ciudades como Manizales y Pereira un 15 por ciento de las violaciones denunciadas fueron por asalto.
«Los asaltantes manejan muchos imaginarios de tipo mágico-religioso; justifican sus actos en hechos como ‘el demonio me empujó’ o ‘una voz me habló’. Esto se identificó en casi un 40 por ciento de los casos», aseguró.
Según el funcionario, la investigación la hizo el equipo Futuro Colombia, prevención del delito, del CTI de la Fiscalía General de la Nación, quien contó con el apoyo de investigadores de distintas ramas y de la Procuraduría para elaborar el informe.
«Se encontró por ejemplo que la mayoría de los agresores son solitarios. Aunque algunos, el 20 por ciento, trabajan en grupo, es decir, actúan cuando se encuentra ncon otros», indica el documento.
«Pero el 80 por ciento proceden solos; calculan, programan, evalúan. Hay unos que salen muy temprano. Lo llaman ‘la hora boba’ porque las personas salen de sus casas medio dormidas y son más vulnerables».
El investigador llamó la atención en que los clasificados en los medios de comunicación a veces son una fachada de estos delincuente. «En Chinchiná y en Bogotá se presentaron casos con esta particularidad, en los que un supuesto militar buscaba a una enfermera o una auxiliar de enfermería para cuidar a su hijo. Llegó a ir a las universidades y revisó hojas de vida. Luego iba a la casa de la mujer para entrevistarla y la atacaba».
Seriales
Según la investigación, todos los abusadores son seriales, incluidos los catalogados como domésticos o conocidos, en lo que también participan las mujeres como causantes.
«En su familia, el agresor es por lo general maltratador, no viola a su esposa o a sus hijos pero los lastima; puede haber excepciones pero no es la tendencia. Prefiere la calle, hay un proceso mental de búsqueda mucho más consciente».
El estudio reveló que sólo el cinco por ciento de los victimarios tiene alguna discapacidad mental como esquizofrenia o retraso mental. Mientras que el 95 por ciento sabe lo que está haciendo.
Fuente: El Colombiano