Querol, médica y especialista en criminalística, se ha convertido con el paso del tiempo en una de las luchadoras más importantes del mundo por la dignidad de las especies, trabajo que la llevó a fundar el Observatorio de Violencia hacia los Animales en España. Desde allí, ha defendido una teoría: existe una relación entre la crueldad infantil de un sujeto hacia perros, gatos, aves e incluso insectos y, la potencial violencia interpersonal en su adultez.
Casi todos los criminales, dice, han sido maltratadores de animales. Lo confirma un estudio que efectuaron el FBI y la Universidad de Pensilvania en cárceles de Estados Unidos, según el cual el 46 por ciento de los asesinos en serie reconoció haber maltratado animales en su adolescencia. «La crueldad que se le aplique a un animal es como un factor de riesgo, algo así como fumar: no todos los que tienen el vicio se enferman, pero otros sí. Maltratar entonces se vuelve como ser adicto al cigarrillo: así como a algunos les da cáncer, quienes son crueles con esos seres que llamamos inferiores se transforman, a veces, en homicidas«.
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