Los guardas de la reserva privada Savé Valley Conservancy, en Zimbabwe, encontraron un rinoceronte negro macho después de que unos furtivos le dispararan y le cortaran los dos cuernos. Los veterinarios tuvieron que sacrificarlo. En los últimos seis años los furtivos han matado más de mil rinocerontes africanos por sus cuernos, que se pasan de contrabando a Asia para su uso en la pseudomedicina autodenominada tradicional.
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