Sus profundos ojos verdes se clavan en el interlocutor mientras habla, dejando poco lugar a las dudas. Mercedes Gallizo, secretaria general de Instituciones Penitenciarias, visitó ayer las obras de la nueva prisión murciana y desgranó las esperanzas que ha depositado en ella.
– La fecha fijada para finalización de la nueva prisión es finales de 2010, ¿cree que se cumplirán los plazos?
-La construcción está yendo muy bien. Está incluso un poquito por delante de las fechas que teníamos previstas. Yo espero que podamos cumplir los plazos pero quiero que nos tomemos el tiempo preciso para que se haga bien.
– ¿Puede adelantarnos alguna fecha en la que los presos puedan estar ingresando en esta nueva prisión?
-Es un poco aventurado. Esperamos que la obra esté totalmente, no sólo construida, sino equipada a finales de 2010. En ese momento, empezaremos la fase de comprobación del centro.
– ¿Cómo se va a organizar? ¿Primará el regreso de los presos que están en otras comunidades o el alivio de la prisión de Sangonera?
-Queremos que el nuevo centro sirva, en primer lugar, para descongestionar el centro actual. Es una prioridad. El Centro de Inserción Social también va a ayudar a eso. Éste estará construido a finales de este año. Todas las personas que están en tercer grado, que este momento están en Sangonera, pasarán allí. Eso significará un respiro importante para la prisión. Posteriormente, cuando esté el centro en marcha, será una prioridad que el centro de Sangonera esté en límites mejores que los de ahora. En segundo lugar, acercar a las personas de esta Comunidad a su casa.
– El caso de Marta Castillo, como ya ocurrió con el de Mari Luz, ha reabierto el debate sobre el endurecimiento de penas. ¿Se plantea el Gobierno algo a este respecto?
-Ese es un debate recurrente que, ante cualquier acontecimiento que conmueve de manera especial a la sociedad, pues siempre todo el mundo se pregunta: ¿qué más podemos hacer para protegernos? Es una realidad frente a la que no hay que cerrar los ojos: esa demanda de mayor protección. Lo que pasa es que eso no tiene una relación directa con el sistema penal, que en España ya es muy duro. Frente a esa cierta imagen de que nuestro sistema penal es más permisivo, sucede en realidad todo lo contrario. Hoy España tiene uno de los sistemas penales más duros de toda Europa. Ya no existen las redenciones, que se abolieron con la entrada en vigor de la nueva reforma del Código Penal. En muchas ocasiones lo que tenemos que preguntarnos es si hacemos lo suficiente en materias de prevención. Lo más importante es prevenir el delito.
– ¿Qué ha primado a la hora de elegir al nuevo director?
– Básicamente lo que buscamos al elegir a nuestros directivos es que sean buenos profesionales y tengan experiencia. En este caso, me parecía muy interesante además la condición de médico de Francisco Marín. Creo que un centro penitenciario tiene mucho de hospital de almas. Además, me interesaba que fuera de Murcia. Creo que es interesante que, quien dirige un centro penitenciario, esté vinculado a la comunidad.
– ¿Se plantea alguna medida para paliar la drogodependencia entre rejas?
– La droga es lo que mayoritariamente lleva a la gente al delito y, en consecuencia, a la prisión. Desde hace tiempo hacemos programas con ese objetivo. En Murcia hay un programa muy potente para trabajar con este colectivo. No es algo nuevo que tengamos que hacer, es dar continuidad.
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