Cuando apenas nos habíamos librado de las pulseras Power Balance, nos amenazan con la venta de collares cuánticos. Según la publicidad, sus virtudes consisten en «aislar radiaciones o incluso luchar contra las células cancerosas, reducir inflamaciones, retardar el proceso de envejecimiento…». Nada más, ni nada menos. Lamentablemente, no es un fenómeno aislado.
Cada vez es más frecuente la aparición de productos y tratamientos que aluden al reclamo de la mecánica cuántica. Nos ofrecen pulseras casi mágicas, tratan de engañarnos sobre las virtudes de la medicina cuántica e incluso es posible que intenten convencernos sobre los beneficios del agua cuántica para alcanzar nuestro equilibrio energético. Estos caraduras aprovechan la confianza que la sociedad tiene en la ciencia, así como el desconocimiento popular generalizado sobre estos temas, para engañar impunemente. Para que su mensaje resulte más creíble, habitualmente emplean un discurso pseudocientífico, intencionadamente engañoso y carente del mínimo rigor.
Autor: Aitor Bergara, profesor de Física de la Universidad del País Vasco y miembro del Centro de Física de Materiales (CSIC-UPV)
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