La Iglesia Católica y su falta de respeto para con las instituciones democráticas están destinadas a siempre provocarme mal genio e indignación.
Esta vez ha sido por cuenta de una visita muy especial que tuvo la Corte Constitucional. Se trató de la vistia del director de la Conferencia Episcopal, Rubén Salazar, con su secretario Juan Vicente Córdoba:
Aunque las coincidencias son posibles, en este encuentro el azar fue doble: por un lado, la proximidad del fallo sobre la tutela de adopción por parte de una pareja de dos mujeres en Medellín, y por el otro, la directriz de la Iglesia Católica de intervenir en asuntos estatales concernientes a la sexualidad y reproducción.
Para ser una multinacional del crimen que no paga impuestos, la Iglesia Católica tiene una facilidad pasmosa para hacerse recibir por los más altos dignatarios de un Estado. Díganme loco, pero a mí me suena a discriminación y privilegio religioso.
Yo sí pago impuestos, nunca he encubierto a un solo pederasta y no pretendo imponer mis gustos en las leyes (sólo busco que estas le den cobijo legal a todos los gustos). ¿Cuándo tendré audiencia yo con los magistrados de la Corte Constitucional?
Fuente: DE AVANZADA