El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tuvo ayer palabras de aliento y confianza para los españoles, después de informar de los nuevos recortes en la rueda de prensa habitual en Moncloa. “Si todo sale como lo ha previsto el Gobierno”, dijo Rajoy, “se necesitarán cerca de doscientos cincuenta mil nuevos agentes antidisturbios antes de que acabe el año, y un millón más de policías de aquí a 2014”. El presidente del Gobierno cifró en siete policías antidisturbios por ciudadano la proporción óptima para recuperar la paz social, y avanzó la fecha de 2015 para llegar a esos números ideales.
Según sus declaraciones, todos esos efectivos se emplearán fundamentalmente para evitar que las muchedumbres de parados y desahuciados ataquen las entidades bancarias o saqueen los supermercados.
El presidente adelantó, además, que el ministerio del Interior está diseñando nuevos uniformes, más elegantes y con más caída, “que permitirán reprimir a la población con la misma brutalidad pero conservando el estilo y el buen gusto de los agentes”, puntualizó. Pantalones con raya pero igual de resistentes que los actuales o botas más estilosas pero con la misma capacidad de humillación, son algunos de los detalles que se adelantaron en la rueda de prensa. También los requisitos para ingresar en los cuerpos antidisturbios se rebajarán notablemente. Desaparecen la estatura mínima exigida, con la única excepción de los pigmeos que midan menos de cuarenta centímetros, y el certificado de estudios, que se sustituirá por un examen general y único, consistente en desarrollar un círculo perfecto mediante la ayuda de un rotulador y un cilindro de metal.
Otra de las novedades que llamó la atención de la prensa fue la que permitirá a los agentes llevar publicidad en los cascos, y que les autoriza a que ellos mismos negocien sus condiciones directamente con las marcas comerciales. Según parece, el Banco de Santander, el Vaticano y numerosas compañías aseguradoras, serían los primeros interesados en colocar sus campañas en los cascos de los agentes. “Creemos que no es incompatible que un manifestante vea el teléfono de un buen hospital privado en el casco de un agente mientras se le produce una brecha de quince centímetros en la cabeza”, finalizó Rajoy.
Fuente: Rokambol news
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