A fuerza de revoluciones por minuto, cargan las baterías usadas por diez lámparas del paseo que da a un río. Pedalean ocho horas diarias y cada tres días de pedaleo se les quita un día a sus condenas.
Este es uno de varios proyectos que están siendo implementados en todo Brasil, destinados a aliviar la situación de hacinamiento que se vive en las cárceles superpobladas y ayudar a mejorar la autoestima de los presos, lo que se espera que ayude a que no reincidan en el delito cuando recuperen la libertad.
Si bien hay sectores que opinan que se les tiene demasiada consideración a los detenidos, estas iniciativas son vistas por sus promotores como formas efectivas de romper el ciclo de violencia predominante en los centros penitenciarios del país.
Fuente: Clarín.com