El ADN masculino está presente en los cerebros de muchas mujeres. Buscando detectar la presencia el cromosoma Y propio de los niños , los investigadores demostraron que serían probablemente células fetales de su(s) hijo (s) que han migrado a la cabeza en el momento del embarazo y que se habrían implantado. Probablemente lo mismo pasó con las chicas que se han tenido. La buena noticia es que estas células podrían proteger contra la enfermedad de Alzheimer …
Este es un buen ejemplo de microquimerismo. Este término se refiere a lo que los científicos han observado desde hace varios años: durante el embarazo, la madre y el feto no son sólo intercambian nutrientes y residuos, sino que también transmiten las células.
Así, tanto en ratones como en mujeres, se encuentran en la sangre, pero también en ciertos órganos tales como huesos o células cardiacas fetales, estando bien establecidas, décadas después del embarazo. Estos tejidos con dos ADN diferentes en zonas localizadas, es microquimerismo, palabra que tiene sentido.
Este aspecto ha sido estudiado y se encontró que en última instancia, es un arma de doble filo. En efecto, conserva la salud de la madre para ayudar a reparar los tejidos dañados y la protección de ciertos tipos de cáncer (tales como cáncer de mama). Sin embargo, esta presencia puede estar asociada con enfermedades autoinmunes o el desarrollo de tumores, principalmente en el colon.
Cerebros en el ADN fetal
¿Pero es probable que todos los órganos den la bienvenida a estas células? En los ratones, se encontraron en el cerebro, por lo que han cruzado la barrera hematoencefálica, que protege el cerebro frágil de los invasores tóxicos. En las mujeres, nunca se había mostrado antes … los científicos del Fred Hutchinson Cancer Research Center presentan este fenómeno en el diario PLoS ONE.
Su objetivo específico no era éste. Querían establecer una relación entre el número de embarazos y el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. A partir de la autopsia del cerebro de 59 mujeres que murieron entre 32 y 101 años, tuvieron la idea de revisar la presencia de células fetales en el sistema nervioso central para ver un enlace con la neurodegeneración.
Mediante el análisis del genoma probando el cromosoma Y, el estudio revela que el 63% de estas mujeres tenían en su cerebro ADN masculino, lo más probable es de su(s) hijo (s) que se transfirió durante el embarazo. Una de ellos tenía incluso 94 años, lo que demuestra la capacidad de persistencia de estas células.
¿El secreto de la longevidad de las mujeres?
En paralelo, las investigaciones muestran que 33 de estas mujeres habían desarrollado la enfermedad de Alzheimer y el otro 26 no mostraron signos de demencia. Sin embargo, es entre éstas donde las concentraciones de ADN fetal fueron las más altas. ¿Hay que ver signos de acción protectora y preventiva?
La pregunta sigue estando. Fallas de protocolo (pequeña muestra puede ser explicada por la dificultad de encontrar cerebros humanos para la investigación, falta de información sobre los problemas anteriores) no permiten responder de manera firme y final. La idea es simplemente sugerida, pero debe ser verificada.
La cardióloga Hina Chaudry, que no participó en este estudio, cree que estas células fetales pueden prevenir o al menos retrasar el desarrollo de la enfermedad, como explica a Science Now. Ha publicado con sus colegas el año pasado en el Circulation Research. La investigación reveló que estas células habían migrado hacia el corazón y podían ayudar a reparar el tejido cardíaco dañado. Se supone que lo mismo es cierto en el cerebro y limitan el daño de la neurodegeneración. La idea no es absurda como ya se ha observado en los ratones. Pero nunca en los seres humanos.
Todo esto es sólo especulación. Se ha de replicar el estudio con un protocolo más adecuado para probar estas suposiciones y enfermedades y su ensayo muy probablemente para asegurar su participación en otros niveles, tales como la aparición de tumores. ¿Y si no fuera una de las razones de por qué las mujeres viven más que los hombres?
Fuente: Futura-Santé