Las niñas que se enfrentan cada día a situaciones de vulnerabilidad en todo el mundo son numerosas. Tantas, que el año pasado Naciones Unidas proclamó el 11 de octubre como Día Internacional de la Niña para recordarlas y reclamar por ellas. Estas niñas son víctimas de abusos, esclavitud, falta de acceso a servicios básicos y otros tantos obstáculos para acudir a la escuela, jugar, disfrutar y, en definitiva, ser niñas. Las situaciones de discriminación que rodean a las pequeñas y la necesidad de facilitar su acceso a la educación son cuestiones clave que se recuerdan en este día y se pide no olvidar durante el resto del año.
Ellas son víctimas de «la combinación de pobreza y discriminación», violencia sexual, matrimonio temprano y perpetuación de estereotipos, alerta Plan, obligadas a cumplir con un rol que limita su trayectoria vital, sus anhelos y deseos. Las cifras que protagonizan las niñas desvelan que aún hay mucho trabajo por hacer.
El informe «El estado mundial de la infancia 2012«, de UNICEF, reconoce que las adolescentes y las mujeres «corren más riesgo de infectarse» por el VIH, «debido a la pobreza, que impulsa a muchas a dedicarse a las relaciones sexuales comerciales y las expone a una mayor incidencia de explotación sexual y relaciones sexuales forzadas». El mismo estudio detalla cómo «las niñas no solo carecen de privacidad cuando ya han empezado a menstruar, sino que corren el riesgo de ser víctimas de acoso o abuso sexual.
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