Gustavo Colorado Grisales contrasta el mito buensalvajista con la realidad:
Para empezar, no encontré rastro alguno de “coexistencia pacífica”. Todo lo contrario: si algo facilitó la conquista de México fue el carácter imperialista de los aztecas. El resentimiento provocado por sus invasiones y despojos, hizo que muchos pueblos se unieran al conquistador como una manera de liberarse del yugo.
Trasladados más al sur, al actual territorio de Colombia , Ecuador, Perú y Bolivia hallamos una pugnacidad permanente expresada en sangrientas guerras de sucesión ligadas al anhelo de propiedad y dominio. Por su lado, lo del “respeto al medio ambiente” resulta explicable por la desproporción entre el número de habitantes y la cantidad de tierra disponible. La noble idea de permitir el descanso de la Pacha mama mientras se cultiva en otro lado es impensable hoy en un planeta sitiado por el hambre y por la concentración de las riquezas.
Eso para no hablar de la estructura familiar de muchas tribus, signada por la situación subordinada de las mujeres, reducidas en muchos casos a la condición de vientres reproductores y bestias de carga. Si a eso le sumamos la legitimación de los asesinatos rituales no tenemos propiamente un panorama alentador.
Fuente: DE AVANZADA
En la actualidad unos 215 millones de niños trabajan en todo el mundo, según los datos de la OIT.
El organismo intenta poner fin a esta práctica, por lo que creó el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil.
En 2002, designó el 12 de junio el Día mundial contra el trabajo infantil.
Pero hay quienes no piensan que deberían erradicarse todas las formas de empleo de menores. Y algunos de ellos son niños que trabajan. Agrupados en diversos movimientos nacionales, miles de chicos en América Latina se oponen a celebrar el Día mundial contra el trabajo infantil y en vez le piden a las autoridades que se enfoquen en mejorar las condiciones de quienes trabajan.
«Lo que habría que erradicar son las peores formas de trabajo: la prostitución, la trata de niños, el trabajo en minas, la venta de drogas, esos son delitos. Nosotros apoyamos el trabajo digno, como el mío», le dijo a BBC Mundo Miguel Valenzuela, de 14 años.
Miguel es peruano. Por las mañanas va a la escuela. Pero todas las tardes trabaja tres horas en el negocio de su madre vendiendo productos para fiestas infantiles. «Mi mamá me llevaba al negocio desde pequeño. Ella también empezó a trabajar joven, a los 12 años», contó Miguel.
Hace cinco años se enteró por una compañera de clase que cerca de su casa había una sede del Movimiento de Adolescentes y Niños Trabajadores Hijos de Obreros Cristianos (Manthoc) y decidió unirse. Ahora es su delegado nacional.
Ampliar en: BBC
Una de cada tres mujeres sufre algún tipo de violencia física en América Latina y un 16% ha sido víctima de violencia sexual alguna vez en su vida, aseguró este miércoles la oficina de ONU-Mujeres en Panamá.
A pesar de algunos avances logrados en materia de igualdad de géneros, «la violencia doméstica contra las mujeres sigue siendo común» en Latinoamérica, dijo Moni Pizani, representante de ONU-Mujeres para la región.
Las cifras están contenidas en el informe «El Progreso de las Mujeres en el Mundo», elaborado por ONU Mujeres con datos de 2011, explicó Pizani.
La violencia contra las mujeres se produce a pesar que la mayoría de los países de la región (97%) han aprobado leyes contra la violencia de género y que el maltrato poco a poco va gozando de menos aceptación social, señaló la funcionaria.
Según sondeos realizados en varios países latinoamericanos, el 85% de los encuestados, en promedio, afirma que no se justifica en ningún caso que un hombre golpee a su esposa.
Aunque cerca de un 20% de los encuestados en México , Uruguay, Trinidad y Tobago; un 15% de los brasileños y más de un 10% de los chilenos piensa lo contrario.
El documento destaca también que si bien en América Latina y el Caribe «han aprobado leyes contra la violencia doméstica (…) menos de la mitad penalizan explícitamente la violación dentro del matrimonio», un fenómeno más común de lo que en principio se cree.
«Ahora las mujeres se atreven a denunciar. Anteriormente las mujeres sufrían violencia pero eso era considerado como algo de la esfera privada. Eso son avances que se han logrado, pero falta mucho por hacer», dijo Pizani.
La funcionaria de la ONU recordó que otra de las violaciones a los derechos de las mujeres es la discriminación que sufren en el ámbito laboral.
Según el estudio citado por Pizani, el 53% de la mano de obra en América Latina y el Caribe está conformada por mujeres, quienes además son mayoría en las universidades.
«Sin embargo, la brecha salarial es notable y en algunos países, las mujeres reciben hasta un salario 40% inferior al de un hombre» por el mismo puesto.
Fuente: ELOCCIDENTAL
Seis de los 14 países más violentos del mundo están en América Latina, según informa la segunda edición del informe publicado por la secretaría de la Declaración de Ginebra sobre Violencia Armada y Desarrollo, una inicia
«Un cuarto de todas las muertes violentas se produjeron en sólo 14 países», señala el informe «Carga mundial de la violencia armada» cuya primera edición no disponía de estadísticas por países.
Seis de esos países están en América Latina: El Salvador, Honduras, Colombia, Venezuela, Guatemala y Belice. En estos países los grupos armados, a menudo vinculados al tráfico de droga, provocan estragos, según el informe, cuyas estadísticas son de 2009.
Según el informe «tres países centroamericanos, El Salvador, Honduras y Guatemala, tienen los mayores niveles de violencia letal».
El Salvador es el país más violento del mundo con más de 60 muertes por 100 000 habitantes. Entre 2004 y 2009, proporcionalmente murieron más personas de forma violenta en El Salvador que en Irak, que figura en el segundo lugar de los países más violentos del mundo, seguido por Jamaica.
Durante la conferencia en la que se publicó el informe se insistió en la violencia contra las mujeres, en particular en Guatemala. En ese país «unas 720 mujeres murieron en 2009, muchas de ellas luego de haber sido torturadas o abusadas sexualmente; esa cifra es casi el doble de las 383 mujeres asesinadas en 2003».
Ampliar información en: LANACIÓN