El Consejo de Salud e Investigaciones Médicas australiano ha publicado un documento sobre la efectividad de la homeopatía. En el se afirma que :
NHMRC concluye que la evaluación de las evidencias de las investigaciones en humanos no muestran que la homeopatía sea efectiva para el tratamiento del rango de condiciones de salud considerado.
No existen estudios de suficiente calidad, bien diseñados, ni con suficientes participantes sobre este tratamiento:
- Para algunas enfermedades, la homeopatía no ha demostrado una eficacia mejor que una sustancia placebo
- Otros estudios soportan que la homeopatía produce mejores resultados que un placebo, o que es tan eficaz como otro tratamiento convencional, pero esos estudios no son fiables.
- En otros casos, no es posible llegar a una conclusión sobre la eficacia de la homeopatía, porque no se muestran suficientes evidencias.
Para estar seguros de que los beneficios de la homeopatía reportados en algunos estudios, no son fruto de la casualidad, o del efecto placebo, estos tienen que ser confirmados por otros estudios concisos y bien diseñados.
[…]
Las personas que eligen la homeopatía en vez de un tratamiento convencional testado, pueden poner su salud en peligro si reemplazan el tratamiento convencional por el homeopático.
La homeopatía no debería de utilizarse para combatir enfermedades serias o que pueden desencadenar enfermedades serias.
Las personas que estén considerando utilizar homeopatía, o que ya la estén utilizando, deberían consultar con un profesional de la salud.
El documento fue publicado el 8 de abril pasado, una fecha especialmente oportuna si consideramos que dos días después, el 10 de abril, fue el primer día internacional de la homeopatía. Esta fecha fue escogida en honor a Samuel Hahnemann, fundador de este cuento del agua con azúcar, que nació el 10 de abril de 1755.
Los problemas de salud atribuidos por algunos colectivos a los parques eólicos son de origen psicogénico, según un estudio dirigido por Simon Chapman, profesor de Salud Pública de la Universidad de Sydney. Este investigador y sus colaboradores han examinado todas las reclamaciones hechas ante las compañías explotadoras de las 49 instalaciones de ese tipo existentes en Australia y concluido que su presunto impacto en la salud se debe a la actividad de los grupos que se oponen a ellas y a su eco en los medios de comunicación, que han colaborado en la difusión de esta nueva histeria. Se trataría, por tanto, de una enfermedad comunicada que se propaga gracias al efecto nocebo, la reacción negativa del paciente ante una sustancia inocua que considera dañina.
Los autores explican cómo se ha extendido por la Australia rural e Internet la idea de que la exposición a los aerogeneradores puede resultar perjudicial para la salud, “a menudo con floridas alegaciones”. Un ejemplo de ello es un hoja informativaque exhibe en su web la Plataforma Europea contra los Parques Eólicos. “Cualquier persona que viva a una distancia inferior o igual a 6 kilómetros de un parque eólico debería ser avisada de las consecuencias que puede tener para su salud y calidad de vida”, sentencia en ella Nina Pierpont, pediatra, esposa de un activista contra los aerogeneradores y autora del libro Wind turbine syndrome. A report on a natural experiment (El síndrome de los aerogeneradores. Un informe de un experimento natural).
Artículo completo en: Magonia
Foto: JF Marrero via photopin cc