Cada vez toleramos menos el sufrimiento. La sociedad en la que vivimos nos ha hecho creer que lo deseable es ser feliz todo el tiempo sin importar la circunstancia. Nos hemos hasta creído que si no somos felices, nosotros somos los únicos culpables y debemos hacer algo para remediarlo. Y todo ello, sin saber muy bien qué es, ni en qué consiste la felicidad.
El libro “Los libros de autoayuda, ¡vaya timo!” de Eparquio Delgado, nos muestra, desde la ciencia, como lo que nos vende Paulo Coehlo, Wayne Dyer, Rhonda Byrne, entre otros, en forma de libros de autoayuda son un engaño en forma de fórmulas sencillas y mágicas para conseguir todo lo que nos proponemos. Escondiendo detrás afirmaciones realmente peligrosas, como la idea de que todo lo malo que nos pase es culpa nuestra. La autora de “El Secreto” llego incluso a afirmar que las víctimas del tsunami de 2006 eran las culpables de su propia desgracia. Sin hablar de aquellos otros que afirman que si enfermas de cáncer o no lo superas es porque no piensas de forma positiva.
El libro hace también un repaso de lo que se conoce como el movimiento “New Age” que no viene a ser si no una mezcla de conceptos científicos y no científicos mezclado con campos como la física o incluso tradiciones orientales. Algo así como la tarta de carne, azúcar y nata que hace un día Mónica en un capítulo de “Friends”.
Les resultará muy familiar las afirmaciones del tipo “las enfermedades nacen de la mente”, “hay personas que emiten energía negativa” que muchos aceptan como filosofía de vida sin haber dudado nunca de la veracidad de estas afirmaciones a pesar de ser incorrectas y absurdas.
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Michael Lane, sanador espiritual y gurú de la autoayuda de origen británico, asesinó en Las Vegas a sartenazos a una mujer durante una sesión de meditación el 13 de noviembre. Según ha declarado el acusado a la Policía, estaba presionando la carótida de Ginger Candela, de 44 años y con la que convivía, para que alcanzara un estado profundo de meditación cuando decidió matarla. Así que la golpeó con una sartén y luego la estranguló con un cable, la descuartizó y tiró sus restos a un cubo de basura que dejó en el garaje de la casa. La Policía le detuvo el 3 de diciembre, tres días después de encontrar el cadáver de la víctima y descubrir que habían robado en la casa.
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