El proceso de examinar cadáveres para descubrir cómo murieron es el tema de muchos programas de televisión y películas, pero en el mundo real los datos no suelen ser tan claros y sencillos.
Para comprender cómo funciona una autopsia, primero será necesario entender qué son y por qué se hacen. En primer lugar, una autopsia es el examen médico de un cadáver para determinar la causa de la muerte. Se realizan cuando alguien muere súbita y prematuramente cuando se creía que el individuo gozaba de buena salud. También pueden realizarse a pedido de los familiares del difunto.
Existen dos tipos de autopsias. La forense es la que se suele ver en la televisión y películas. Se dedica tanto tiempo a las superficies externas del cuerpo como a las internas, en busca de evidencia. Las autopsias forenses intentan hallar respuestas a la causa de muerte como parte de una investigación policial.
Por otro lado, las autopsias clínicas suelen realizarse en hospitales por patólogos para determinar la causa de la muerte de un individuo por propósitos de investigación y estudio. Este tipo de procedimientos son muy útiles para crear correlaciones entre síntomas, evolución de las enfermedades y efectos del tratamiento.
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