En un completo informe sobre las barreras que tienen las caleñas para acceder a la justicia, la Personería de Cali reveló que entre el 2013 y 2014, el 95 por ciento de casos (3.765) por violencia intrafamiliar o sexual en contra de las mujeres de esta ciudad fueron archivados.
En ese periodo de tiempo, tan solo se lograron 69 condenas por casos de violencia sexual o violencia intrafamiliar y 90 imputaciones.
Según el Centro de Atención a Víctimas de Violencia Intrafamiliar de la Fiscalía (Cavif), el año pasado se registraron 6.107 casos de mujeres afectadas por este flagelo. Mientras que el centro de atención a víctimas de abusos sexuales de la Fiscalía (Caivas), reportó que entre enero y diciembre del 2013 se registraron 964 casos por delitos sexuales contra las mujeres. El 79 por ciento de los casos involucra a menores de edad.
Frente a este crudo panorama, la Personería de Cali afirmó que una de las barreras que tienen las mujeres para que se capture y se condene a sus agresores es que, por ejemplo, la unidad que lleva los delitos sexuales en la Fiscalía de Cali solo tiene 7 fiscales que se encargan de investigar, imputar y acusar. Estos fiscales, de acuerdo al informe, tienen una carga de 250 expedientes y 30 juicios mensuales.
Por otra parte, los fiscales que tramitan las investigaciones no son especializados en temas de género, y los casos se adelantan por la Unidad de Vida que a nivel seccional está compuesta por 16 fiscales y 29 miembros de Policía Judicial. Estos fiscales también deben investigar los 1.848 asesinatos de hombres de 2013 y otros casos previos.
Ampliar en: El TIEMPO
Manzo Pérez, detenido desde junio de 2010, cometió el abuso en junio de 2009 en la casa sacerdotal de la parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria, en el barrio Alfonso Bonilla Aragón, de Cali (Colombia). La pena contra Manzo Pérez es una de las más altas impuestas en Colombia para este tipo de delito.
Los familiares de los menores denunciaron al religioso, quien los citó al lugar «para realizar ensayos para un coro», cuando fueron sometidos a esos abusos. El sacerdote les dio dinero y regalos a los menores para que no contaran lo ocurrido a sus familiares, señaló el pasado 22 de febrero la Fiscalía en su página de internet, cuando se leyó el veredicto de culpabilidad.
La defensa de Manzo Pérez anunció que apelará la condena, mientras que los defensores de los menores afectados anunciaron que buscarán una indemnización de la Iglesia católica por los daños ocasionados.
Fuente: Red de Blogs Ateos
Una persona murió y 44 más debieron ser atendidas en clínicas luego de consumir alimentos que contenían vidrio molido y veneno colocados deliberadamente en una comida servida por desconocidos a varios indigentes, informaron el viernes las autoridades.
Romelia Cuevas, jefa encargada de Fiscalías de Cali, explicó telefónicamente que se buscaba a quienes entregaron ese alimento.
«Parece que fueron dos personas», dijo la funcionaria.
El hecho se registró en el barrio El Calvario, en el centro Cali, informó en entrevista telefónica el general Miguel Angel Bojacá, comandante de la policía de esa ciudad, 300 kilómetros al oeste de Bogotá.
Relató que hacia las 18.00 horas del jueves, una o más personas repartieron a varios indigentes buñuelos y natilla, un plato típico de la Navidad y el Año Nuevo en Colombia.
Maurix Fernando Rojas, médico toxicólogo del Hospital Universitario del Valle, en Cali, consideró que los alimentos tenían como propósito envenenar a esas personas.
«El aspecto de la natilla era de color café. Tenía vidrio molido en su interior. Además de eso tenía unos granulitos de color negro que podrían corresponder a un pesticida», relató Rojas en conversación telefónica.
Agregó que los afectados «llegaron con síntomas de intoxicación por pesticida tipo organofosforado, que se utiliza en el campo, por ejemplo, para matar hormigas o los insectos de las plantas».
Según el galeno, los pacientes le dijeron que unos cinco minutos después de consumir la natilla, empezaron a sentir náuseas, vómito y mareo «y otros síntomas que me llevan a concluir, sin ninguna duda, que el alimento estaba envenenado».
De los 45 intoxicados, un murió cuando era trasladado al centro médico y siete se encuentran en estado crítico.
El médico Iván González, director del Hospital San Juan de Dios de Cali, dijo que allí fueron recibidas 27 personas intoxicadas. Al igual que Rojas, González advirtió que el alimento consumido por los indigentes tenía un tóxico, «tal vez un carbamato» (otro tipo de plaguicida).
Fuente: Semana.com
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