Según un nuevo estudio de la Universidad Carnegie Mellon (EEUU) publicado en la revista Cell Press, las opiniones basadas en el rostro de un desconocido pueden inclinarnos, en el ámbito político, por ejemplo, a votar al candidato que, por su rostro, nos parezca más fiable.
“Nuestra investigación va más allá de asociar caras y personalidades. Muestra cómo estas atribuciones pueden afectar a decisiones importantes, tales como los líderes que votamos, las personas a las que confiamos nuestro dinero o a quiénes juzgamos por un crimen”, aclara a Sinc Christopher Olivola, autor principal del estudio.
Según los investigadores, fiarse de los rasgos faciales de una persona para tomar decisiones puede tener implicaciones graves en el sistema jurídico y financiero. Como ejemplo, el escenario de un juicio por asesinato. El estudio revela que si el sospechoso tiene un rostro que inspira desconfianza o incluso miedo, tiene más posibilidades de ser condenado que si ti.
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