Ayer se difundió por diversos medios de comunicación españoles la noticia que indicaba que la policía había detenido a un ladrón de carritos de supermercado, al que acusa de haber robado 3 000 unidades en el último año.
La información destaca por el original procedimiento utilizado para encontrar al ladrón: en vista de la frecuencia de los robos, la policía puso unos localizadores GPS en los carritos, y cuando uno de ellos fue robado, encontró al ladrón, con dos carros cargados en un vehículo y posteriormente identificó chatarrería donde llevaba los carros.
Lo más destacado de la noticia fue la estimación de los beneficios obtenidos por el ladrón: 290 000 euros, lo que indica que cada carrito lo pagó el chatarrero a 97 euros, un precio que el sentido común nos hacer pensar que es excesivo.
Es probable que 290 000 sea el valor de 3 000 carros nuevos, la pérdida, no la ganancia como dice la noticia. Se puede verificar por internet que el precio de estos carros suele estar en el rango de los 100 euros. Luego los cálculos de la policía son erróneos, dio como beneficio del ladrón, el precio que costarían nuevos.