Que no se quejen de que los tienen segregados.
Desde que en marzo la corte suprema del estado de Colorado falló a favor del derecho de los estudiantes universitarios a portar armas ocultas, las autoridades de la universidad han decidido separar las residencias estudiantiles.
De esta manera, el uno por ciento de estudiantes que considera necesario andar armado y tiene tanto los 21 años reglamentarios como el permiso necesario, vivirá en dormitorios separados.
Imaginamos que ello limitará la vida social de algunos: mientras unos disfrutan la vida estudiantil, otros mantendrán limpia su arma.
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