Según el resultado de una reciente investigación llevada a cabo por el Grupo Barna, el número de personas escépticas y agnósticas en relación a las escrituras de la Biblia casi se ha duplicado, mientras que la gente que dice leer la Biblia ha disminuido.
Ya en el 2010 habíamos visto los resultados de una encuesta que llevó a cabo el Pew Research Center, en donde se refleja el poco conocimiento que tiene la mayoría de la gente religiosa en relación a las escrituras bíblicas. Los resultados de dicho estudio dieron al segmento ateo como el más conocedor y al segmento de católicos hispanos como el menos conocedor.
Sobre un total de 32 preguntas los ateos y agnósticos tuvieron un resultado de 20.9, mientras que los católicos hispanos tuvieron un pobre resultado de tan solo 11.6. Participaron en esta encuesta también personas de la religión judía (quienes salieron en segundo lugar luego de los ateos) y de todas la ramas del Cristianismo (Evangelistas, Mormones y Protestantes).
¿Se sorprende? Si usted es una persona creyente, le tengo una pregunta muy simple para formularle: ¿por qué usted cree en la Biblia si nunca se tomó la molestia de leerla completa?
Es una pregunta simple pero pareciera ser que la respuesta no es tan sencilla, aunque tengo curiosidad por saber qué piensa al respecto. Los estudios realizados en los últimos años, incluyendo los dos que mencioné anteriormente, demuestran que la gente que menos cree es la que posee una educación superior universitaria.
Es decir que podríamos decir que cuánto más uno sabe menos cree. Usted me dirá «pero yo conozco a un doctor que es religioso.» Por supuesto. No es esta una generalización, pero se da en la gran mayoría de los casos.
El viejo dicho «hay que ver para creer» no pareciera ser aplicado cuando hablamos sobre temas religiosos. Otro de los resultados de estos estudios nos demuestra que la gente de mayor edad es la que más cree, y la gente más joven (entre 18 y 29 años) es la que menos cree.
Ampliar en: HUFFPOST VOCES
Una persona que muestra congruencia y consistencia con su forma de pensar, decir y hacer es una persona íntegra y la INTEGRIDAD DEL ATEO es la característica más sobresaliente de tan singulares personas.
Fuente:ATEOS INNATOS
Pregunta planteada por Herb Silverman:
¿Cuál de las siguientes suena más arrogante?
Cosmovisión 1. Sé que Dios creó el universo entero sólo para el beneficio de los seres humanos. Él me mira constantemente y se preocupa por todo lo que digo y hago. Sé cómo quiere Él que yo y todos los demás nos comportemos y creamos. Él es perfecto y justo, por lo que nos enfrentamos a una eternidad de dicha o de tortura, dependiendo de si creemos o no en Él.
Cosmovisión 2. Somos el producto de millones de años de evolución. La mayoría de las especies se han extinguido, como eventualmente nos pasará a los seres humanos. Espero hacer una diferencia positiva porque es lo correcto, no porque haya recompensas o castigos futuros en la otra vida. Cuando no sé algo, que es a menudo, digo «No sé».
Algo más de 16 de cada 100 habitantes del mundo, exactamente 16,3, no se identifican con ninguna de las religiones existentes. Son el tercer grupo de población en el paisaje religioso global que ha diseñado el think tank estadounidense Pew Center. Se trata de un mapamundi con el tamaño y la distribución de decenas de confesiones que van desde el cristianismo o el islam (las dos principales, en ese orden) hasta los zoroástricos (o parsis), los jainistas y los seguidores de Tenrikyo, la secta más influyente de Japón, pasando por yazidíes, rastafaris o cienciólogos: en el informe Pew hay sitio para todos.
Artículo completo en: Ateísmo para cristianos
Respuesta al comentario dejado por un lector anónimo en esta entrada de la web A bordo del Otto Neurath.
Estimado Anónimo:
Preguntas si la vida puede ser tan absurda, y la respuesta es obviamente que sí. Los seres vivos, incluidos los humanos, somos un accidente en la evolución de un universo que no se rige por nuestras fantasías sobre seres sobrehumanos, sino por ciegas leyes físicas que no saben nada de designios, placeres o sufrimientos: más bien NUESTROS designios, placeres y sufrimientos son nada más que uno de los muchos complicadísimos resultados del funcionamiento absolutamente inconsciente de esas leyes.
Yo tenía de pequeño una piedra muy bonita que cogí del río, y que luego se me rompió y se me perdió. Ningún designio había creado esa piedra con esa forma tan hermosa, sólo los golpes con otras piedras y la erosión del agua. Y ningún designio sobrehumano dio sentido a que la piedra fuera hallada por mí ni a que se me rompiera y se me perdiera: todo ello fue tan sólo el fruto de la casualidad. Ni la piedra sigue existiendo en un más allá de fantasía, esperándome para que la recupere cuando yo muera: no, la piedra, simplemente, dejó de existir (bueno, sus trocitos andarán por algún lado).
Lo mismo exactamente pasa con nosotros: somos el resultado de un proceso de evolución ciego pero sofisticadísimo, que da lugar a bichos como nosotros, preocupados por el placer, el sufrimiento y la supervivencia. Los animales prehistóricos que tenían la suerte de tener unos genes que les hacían estar más preocupados por la supervivencia, sobrevivieron en mayor medida y dejaron más descendientes que sus primos menos preocupados por ello, y por eso nosotros tenemos ese deseo tan, tan, tan intenso de no morir (lo que tu llamas «sentido existencial»). Pero sólo porque ese deseo nos ayuda a retrasar nuestra muerte todo lo posible, no porque seamos realmente inmortales (salvo en nuestra fantasiosa imaginación).
Tú te sientes más sosegado cuando te «aferras» a esas creencias absurdas, y eres muy libre de «aferrarte» todo lo que quieras; pero la intensidad del consuelo que esas creencias te proporcionan no hace a tales ensoñaciones NI UN MILIGRAMO MÁS PLAUSIBLES. Sencillamente, lo crees porque te sientes mejor creyéndolo, no porque haya ni la más mínima razón para pensar que sea verdad.
A mí, sinceramente, me parecería que aferrarme a esas ideas (como de hecho lo he estado en otras épocas de mi vida, y por razones parecidas a las tuyas) sería, más bien, una bofetada a mi inteligencia y a mi racionalidad; sería como renunciar a lo que me hace ser una persona (la capacidad de razonar y de juzgar objetivamente la verdad de las cosas), sólo a cambio de una pequeña píldora de falso consuelo.
Pero cada uno es muy libre de elegir el «paquete» estupidez+consuelo en vez del «paquete» racionalidad+(valor-para-afrentar-esta-vida-absurda-que-es-la-única-que-hay). Así que nadie más que tú es responsable de tu elección.
Fuente: A bordo del Otto Neurath