Estimado Sr. de la Cavada, miembro de la CEOE:
Ayer nos «deleitó» usted con unas declaraciones acerca de los días de permiso por fallecimiento de un familiar de primer grado, en las que decía: » El Estatuto de los Trabajadores se hizo pensando que los viajes se hacen en diligencia, pues se dan cuatro días para un permiso por defunción que, evidentemente con los vehículos que hay ahora, se trata de unas horas de desplazamiento»Solo podemos interpretar, que usted no ha tenido la desgracia de pasar por ese trance y, si así ha sido, o no habrá ido usted a «trabajar» al día siguiente por su condición de empresario, o si lo ha hecho, carece del más mínimo sentimiento humano. Un familiar de primer grado es un cónyuge, es un hijo, es un padre……el derecho a este permiso no se establece únicamente porque el desplazamiento para el sepelio sea en diligencia o en AVE, sino porque como además de trabajadores somos personas, requerimos de un mínimo de días para soportar el duelo que supone la pérdida de ese familiar, días para los que psicológicamente no estamos en disposición de trabajar.
Sr. de la Cavada, si seguimos sus argumentos al pie de la letra, también debemos reducir las vacaciones porque ahora tardamos para una excursión a París, lo mismo que en la época de Franco para una excursión a Cuenca; y también debemos suprimir el permiso por lactancia, porque se ha inventado el biberón, que puede «sustituir» a la madre perfectamente; y bajo esa premisa, podemos suprimir todos nuestros derechos hasta precarizar el mercado laboral a niveles de India o Perú.No, Sr de la Cavada, así no. Confunde usted absentismo laboral o abandono del puesto de trabajo con derechos laborales consolidados. Derechos que no estamos dispuestos a continuar perdiendo gracias a señores como ustedes y a gobiernos que toman continuas decisiones erróneas e injustas.
De cualquier forma, sus últimas palabras, las que aludían a que «la legislación laboral actual es una copia de la legislación del franquismo, superprotectora…..» denotan que no sabe usted de qué está hablando, porque calificar precisamente esta época de superprotectora, es cuanto menos demencial.
Un cordial saludo!