Dejar de ser un miembro de la mafia japonesa Yakuza y reinsertarse en la vida civil no es fácil. Entre otras cosas porque su estricto código de honor les obliga a cortarse el dedo meñique, y partes de otros dedos, cuando comenten un error grave o un acto desleal. Así que resulta bastante sencillo identificarlos.
La cadena ABC ha entrevistado a Shintaro Hayashi, un fabricante de prótesis japonés que ha visto incrementada la demanda de dedos en los últimos años, muchos de ellos de ex miembros de la Yakuza. «Hayashi divide a su clientela en tres categorías», explican. «Aquellos que acuden a él obligados por sus novias preocupadas por la reputación, ex miembros que están deseando ascender pero les preocupa que se descubra su pasado, y viejos miembros de la Yakuza que no tienen intención de dejarlo, pero necesitan cubrirse para la boda de un hijo o el evento deportivo de un nieto».
Se había oído hablar de él antes, pero muchos descubrieron su existencia a través de estas fotografías morbosas, que fueron difundidas recientemente. Según la agencia de prensa INSA, el hombre que muestra un dedo cortado fue acusado de robo y adulterio por un tribunal en la ciudad suroccidental de Shiraz. También fue acusado de estar a la cabeza de una organización criminal. Además de perder sus dedos en una mano, fue condenado a tres años de prisión y 99 latigazos.
No hay testigos independientes que fueran capaces de relatar las circunstancias en que tuvo lugar esta amputación. Cuatro fotos de la escena publicadas por la agencia de prensa, fueron ampliamente difundidas en las redes sociales. Aunque parezca extraño, la cara del hombre no mostraba ninguna señal de sufrimiento en las fotos, aunque es posible que podría haber sido anestesiado.
El portavoz de Iran Human Rights, Mahmud Amiry-Moghaddam, que tiene su sede en Noruega, explica: «Lo sorprendente de esto es que no sólo era una amputación pública, sino que las fotos fueron distribuidas por funcionario agencias de prensa y que mostraban una máquina que no habíamos visto hasta ahora. Nos hemos dado cuenta de que las autoridades hacen más publicidad sobre los casos de castigo corporal. Cada vez que nos acercamos a las elecciones, el número de estos incidentes aumenta. Y estamos muy cerca de la elección presidencial [prevista para junio]. Creo que esta es una estrategia para infundir miedo a la población a fin de evitar cualquier protesta.
El pasado día cuatro de diciembre, su marido, Rafiqul Islam, emigrante en Dubái, la llevó a una habitación, la tapó los ojos con un pañuelo y le cortó los dedos con un machete por no dejar sus estudios.
Después de tres horas y tras mucho insistir a la familia de su marido, la víctima fue trasladada a un hospital cercano, donde, debido al tiempo transcurrido, no pudieron unir los dedos a la mano.
Tras el arresto de su marido, Jui se encuentra en la casa de sus padres y quiere seguir con los estudios.”Haré todo lo posible por continuar. Quiero llegar a ser abogada”, concluyó.
Fuente: Minuto Digital