Como cada ocho de marzo, las Áreas de la Mujer e Igualdad de los ayuntamientos preparan actividades para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Hasta hace poco, se ha atribuido esta fecha a la muerte de más de 140 mujeres en un incendio provocado por el dueño de la fábrica textil Triangle Shirtwaist durante una protesta en la que reivindicaban derechos laborales. Sin embargo, el verdadero origen hay que situarlo un año antes, cuando la militante socialista Clara Zetkin consiguió que la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague aprobara la celebración del Día de la Mujer para la lucha por la igualdad. La fecha definitiva del ocho de marzo vendría de la mano de la Revolución Rusa en 1917.
Resulta que muchos de los organismos (público y privados) que realizan actividades el ocho de marzo deben considerar que las mujeres no son demasiado inteligentes, que en el mejor de los casos se les puede enseñar conocimientos básicos para el mantenimiento del vehículo pero no pasemos de ahí, no sea que acaben desorientadas. ¿Para qué explicar ciencia a las mujeres? Nada de conferencias de divulgación que les aporten conocimientos científicos y les permitan mejorar su pensamiento crítico.
Si los talleres de “risoterapia” no son suficientes para seguir tratando a las mujeres como menores de edad, algunas Áreas de la Mujer rematan la faena organizando todo tipo de talleres y charlas dirigidas a fomentar la superstición y la desinformación. Muchos ayuntamientos convierten el Día Internacional de la Mujer en una feria donde se da cita una amplia gama de terapias “alternativas” basadas en presupuestos mágicos y pseudocientíficos, donde chamanes y “vendehumo” de toda calaña divulgan sus supuestos métodos de curación (aunque suelen preferir el término “sanación”, tan vago como la evidencia de sus artes “ancestrales”) en talleres financiados con nuestros impuestos. Es dantesco comprobar cómo no se trata de algo excepcional. Sin ir más lejos, este ocho de marzo encontramos Shiatsu, Biodanza, Arenoterapia, Yoga, Ungüentos naturales y más Biodanza (se ve que está de moda porque aparece en al menos cuatro lugares distintos de Canarias).
Sí amigos/as. Décadas de lucha contra la Iglesia Católica porque alejaba a las mujeres del conocimiento y el pensamiento crítico y nos encontramos que en pleno siglo XXI son las asociaciones (financiadas en muchos casos con fondos públicos) y las propias Áreas de la Mujer las que se afanan en relegar a las mujeres al oscurantismo y la magia, amén de la publicidad que supone para estos “terapeutas”.
Podría seguir, pero si les ha indignado lo que han visto hasta ahora, mejor no hablarles de los talleres de limpieza facial, maquillado exprés, manicura, cuidado de las manos y de la piel y elaboración de jabones porque alguien podría pensar que estoy haciendo sangre con el tema, y nada más lejos de eso.
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