El ex presidente de facto falleció a las 6:30 de la mañana por muerte natural. Había recibido varias condenas a perpetua por crímenes de lesa humanidad. Estaba preso en el penal de Marcos Paz.
Videla encabezó la dictadura más cruel de la historia argentina. Bajo su régimen desaparecieron 30000 personas, según los organismos de derechos humanos. Buscó instaurar una cultura represora y un modelo económico neoliberal a ultranza.
General del Ejército, durante el histórico juicio contra las Juntas Militares que asolaron Argentina fue condenado por primera vez en 1985 a reclusión perpetua por terrorismo de Estado. Pero en 1990 el entonces presidente Carlos Menem, lo indultó. No obstante, en aquel juicio no se juzgaron los robos de bebés y por esta causa Videla volvió a prisión en 1998. Permaneció tras las rejas solo 38 días hasta que consiguió el beneficio de la prisión domiciliaria, dado que era mayor de 70 años.
En 2008 regresó a la cárcel. Y en 2010, después de la anulación de las leyes del perdón y los indultos en el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007), fue condenado por segunda vez en su vida a prisión perpetua por los delitos de lesa humanidad cometidos en la provincia de Córdoba.
Negó rotundamente los cargos, en su alegato final declaró: “Lo que sí es cierto es que todas las parturientas aludidas por la querella, así como por la fiscalía, eran militantes activas de la maquinaria del terror. Y muchas de ellas usaron a sus hijos embrionarios como escudos humanos al momento de operar como combatientes”.
El ex dictador Videla fue condenado a 50 años de cárcel por el robo de bebés. La pena fue dictada por el Tribunal Oral Federal Nº6 y se suma a otras anteriores. Bignone, último presidente de facto, recibió 15 años.
Este juicio investigó 35 casos de apropiación de niños nacidos en cautiverio.
Fuente: CULTURIZANDO
Un hombre ha perdido su trabajo, su situación económica es insostenible y pronto no podrá dar de comer a su familia. Pero ha encontrado una solución. Rociará a su hijo de ocho años con gasolina y le prenderá fuego. El niño está embrujado y su hechicería ha traído el infortunio a su familia. No muy lejos, otro hombre acusa a su hija de trece años de ser una hechicera y la ata a un árbol por el tobillo para dejarla morir de hambre a la intemperie, lejos del pueblo, donde su maléfica influencia no pueda alcanzarlos. Otro niño, de doce años, es rodeado por una muchedumbre furiosa armada con machetes ansiosa de despedazarlo para que su brujería no siga trayendo mala suerte sobre ellos. Estos casos, y otros similares, se han ido sucediendo en algunas de las zonas más empobrecidas de África con preocupante frecuencia. La supersticiosa ignorancia de muchos de sus habitantes está siendo explotada por fanáticos religiosos, pseudomédicos chamánicos y peligrosos políticos sin escrúpulos con el fin de enriquecerse y mantener bajo control a unas asustadas y empobrecidas poblaciones en Uganda, Gambia, Kenia, Somalia, Nigeria y muchas otras naciones donde todavía reinan supersticiones que permiten medrar y hacer fortuna a malvados propagandistas del miedo y la irracionalidad mística.
El egocéntrico tirano que gobierna en Gambia, Al-Haji Yahya Jammeh, ha acostumbrado a su pueblo a sus terribles métodos, entre los que se encuentran, aparte de una obligada adoración a su figura, remedios herbales que pretenden curar el SIDA, la persecución a homosexuales basada en teorías místicas propias de una influencia hitleriana o la persecución, tortura y desaparición de periodistas y políticos contrarios a su criminal ideología. Uno de los últimos actos de este terrible gobernante es, según Amnistía Internacional, el secuestro de aproximadamente mil personas como parte de una campaña anti-brujería y su detención en centros de retención secretos, donde fueron obligados a consumir extraños brebajes que les produjeron alucinaciones y alteraciones de conducta, así como intensos dolores de estómago, llevando a la muerte a algunos de ellos.
Artículo completo en: El rincón socrático
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Preston, el investigador del franquismo más reconocido a escala mundial, quiso desmontar algunos tópicos que fabricó la propaganda franquista en torno a la figura del dictador. Por ejemplo, «el mito de un caudillo compasivo y atormentado hasta la madrugada por las sentencias de muerte que debía firmar». Muy lejos de aquella idea, Paul Preston aseguró ayer que Franco leía y firmaba las sentencias de muerte de los condenados «mientras comía», «tomando café antes de la siesta» o «viajando en coche». Eran «cosas de trámite», como las calificó el Generalísimo en alguna ocasión ante su cuñadísimo.
En una conferencia pronunciada íntegramente en catalán, el historiador británico atacó el mito de Franco como «magnánimo patriota» y «salvador del alma de la nación». Sólo una razón le bastó a Preston para desmontar esa idea: «Hasta su muerte, tuvo a España rencorosamente dividida entre vencedores y vencidos».
Además de ajusticiar históricamente a Franco, Paul Preston quiso ensalzar la firme resistencia del último jefe de gobierno de la República, el socialista Juan Negrín. «Su política de resistencia era realista, porque capitular -o pactar con Franco, como le pedía hasta el presidente Azaña- era abrir las puertas a la represión», afirmó. Negrín le dijo a un colega socialista: «Para la rendición incondicional, que el Partido Socialista no cuente conmigo. Yo no entrego indefensos a centenares de españoles para que Franco se dé el placer de fusilarlos». Por desgracia, concluyó Preston, «los hechos le dieron la razón».
Fuente: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]
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– El gran dilema: pena de muerte o prisión perpetua o penas máximas. Marisol Collazos Soto
– Cómo ejecutar a un ser humano
– Países que han abolido la pena de muerte desde el año 1976
– Los criminólogos no creen en la pena de muerte
– Origen del rechazo a la pena de muerte