En los últimos 20 años el crimen en Estados Unidos de Norteamérica ha ido en descenso, pero las últimas cifras del FBI muestran una brusca caída en los dos últimos años a pesar de la crisis económica ¿Por qué?
Tanto en gobiernos demócratas como republicanos y en épocas de bonanza y de recesión, la delincuencia ha ido disminuyendo desde 1991.
Los robos y asesinatos se redujeron casi a la mitad entre 1991 y 1998, un fenómeno que ha salvado miles de vidas y ha reducido el número de potenciales víctimas del crimen.
El ritmo de esa disminución se frenó a finales de la década de los 90, pero los últimos datos del FBI muestran un fuerte descenso que comenzó en el 2008 y continuó el año pasado, pese a las altas tasas de desempleo.
1. El efecto Obama podría justificar que esa reducción se haya acelerado en los últimos años, según uno de los criminólogos más reputados del país, Alfred Blumstein. «La expectativa previa era que la recesión podría tener el efecto contrario. La cuestión entonces es ¿qué evento distintivo ocurrió en 2009?», dice Blumstein. La elección de un presidente negro -dice el experto- puede haber servido de inspiración a cierto número de jóvenes también negros, normalmente envueltos en robos y homicidios de forma desproporcionada respecto al porcentaje que esa etnia representa en el total de la población.
2. El mismo experto, autor de «La caída del crimen en Estados Unidos», dice que el descenso de crímenes violentos que comenzó a principios de los noventa puede explicarse en parte porla reducción en la demanda de crack. Se corrió la voz sobre los peligros del uso de esa droga y -también gracias a una actuación policial agresiva- la violencia provocada por el uso de armas de fuego asociado al consumo y tráfico de crack disminuyó también.
3. Una actuación policial más inteligente ayudó a reducir el robo de autos en un 40% en la ciudad de Laredo, en la frontera de Texas con México, el año pasado. El portavoz de la policía Joe Baeza dice que introdujeron un protocolo por el que los conductores podían registrar sus matrículas en una base de datos policial. Eso -indicó- llevó a los patrulleros a parar los vehículos que veían de noche para verificar su propiedad.
4. El seguimiento de las cifras también ayudó en Laredo, donde la tasa total de delitos disminuyó un 16% en 2010. Baeza indica que «CompStat es un proyecto con un mapa del crimen que señala los puntos calientes de delincuencia en las distintas partes de la ciudad. El jefe de la policía envía entonces un equipo para reforzar esos lugares y se mantiene allí para evitar los delitos».
5. Hay una polémica teoría del economista Steven Levitt que dice que el acceso a los abortos legales -producto de una ley en 1973- implicó que menos mujeres pobres, solteras y jóvenes tuvieran hijos. Eso -señala- evitó que los bebés no deseados en las décadas de los setenta y ochenta se convirtieran en adolescentes criminales en las décadas posteriores.
6. John Conklin, sociólogo de la Universidad de Tufts, mantiene que un factor significativo que hay tras de la reducción del crimen en los noventa es el hecho de que había más criminales entre rejas y por tanto sin capacidad para delinquir. En su libro «Por qué descienden las cifras del crimen» apunta que en los años 60 y 70 las sentencias eran más indulgentes, por lo que la delincuencia aumentó. Tras ese periodo se endurecieron las condenas y se construyeron más prisiones.
7. Una economista del Amherst College de Massachusetts vincula la merma de la violencia a una menor exposición de los niños al plomo en la gasolina. Jessica Wolpaw Reyes señala que «incluso niveles de bajos a moderados de exposición pueden llevar a problemas de comportamiento, reducción del coeficiente intelectual, hiperactividad y a la delincuencia juvenil. Se puede asociar esa disminución en el plomo entre 1975 y 1985 a un menor registro de crímenes violentos 20 años después».
8. Los nacidos en el baby boom crecieron. Después de que la tasa de natalidad alcanzara máximos entre 1957 y 1961, a finales de los setenta y principios de los ochenta, la proporción de hombres que tenían alrededor de veinte años (entre 17 y 24 aproximadamente) fue la más alta de la historia. A medida que pasó el tiempo, la proporción de población en «edad criminal» descendió.
9. Un estudio publicado en mayo sugiere que los videojuegos mantienen a los jóvenes fuera de las calles y así también lejos del crimen. Expertos del Centro para la Investigación Económica Europea, en Texas, aseguran que ese «efecto discapacitante» compensa más que de sobra cualquier impacto directo que el contenido de los juegos haya tenido en el fomento de comportamientos violentos en los niños.
10. Algunos sugieren que existe otro freno tecnológico que es laproliferación de los teléfonos con cámara, que hace que algunos criminales se lo piensen dos veces antes de poder ser incriminados en un video.