Científicos de diferentes países europeos describen en una carta que se puede firmar en este enlace, que a pesar de la marcada heterogeneidad en la situación de la investigación científica en los diferentes países europeos, hay fuertes similitudes en las políticas destructivas que se están llevando a cabo. Este análisis crítico, reseñado en las prestigiosas revistas Nature, Science y publicado simultáneamente en varios periódicos de toda Europa, es una llamada de atención a los líderes políticos para que cambien el rumbo, y a investigadores y ciudadanos para que apoyen el papel esencial de la ciencia en la sociedad. Les dejo con la carta:
Los responsables políticos de cada vez un mayor número de países europeos, así como los líderes de la Unión Europea, han perdido el contacto por completo con la realidad del mundo de la investigación científica.
Han elegido ignorar la contribución crucial de un sector potente de investigación a la economía, particularmente importante en los países afectados más severamente por la crisis económica. En su lugar, han impuesto drásticos recortes presupuestarios a la Investigación y Desarrollo (I+D) que hacen que estos países sean más vulnerables a medio y largo plazo a futuras crisis económicas. Todo ello bajo la mirada complaciente de las instituciones europeas, más preocupadas de que los Estados miembros cumplan con los objetivos de reducción de déficit, a que mantengan y mejoren unas infraestructuras nacionales de I+D que puedan ayudar a estos países a cambiar su modelo productivo a uno más robusto basado en la generación de conocimiento.
Han elegido ignorar que la investigación no sigue ciclos políticos; que una inversión en I+D sostenida y a largo plazo es crítica porque la ciencia es una carrera de fondo; que algunos de sus frutos pueden ser recolectados ahora, pero que otros pueden tardar generaciones en madurar; que si no plantamos hoy nuestros hijos no tendrán las herramientas para afrontar los retos del mañana. En su lugar, han seguido políticas cíclicas de inversión en I+D con un único objetivo en mente: la reducción del déficit anual a lo que puede resultar ser un valor artificial impuesto por las instituciones europeas y financieras, ajenos por completo al efecto devastador que esto está teniendo en el potencial científico e innovador de estos países y del conjunto de Europa.
Han elegido ignorar que la inversión pública en I+D atrae a la inversión privada. Que en un “Estado innovador” como los Estados Unidos, más de la mitad de su crecimiento económico se debe a la innovación arraigada en la investigación básica financiada por el gobierno federal. En su lugar, tienen la expectativa nada realista de que los incrementos de inversión en I+D necesarios para alcanzar el objetivo de la Estrategia de Lisboa de un 3% del producto interior bruto serán llevados a cabo por el sector privado exclusivamente, a la vez que reducen la inversión pública en I+D. Esto contrasta fuertemente con la disminución en el número de empresas innovadoras, que ya empieza a ser muy notable en algunos de estos países, y con la prevalencia, entre las pequeñas y medianas empresas, de reducidos negocios familiares sin capacidad innovadora.
Han elegido ignorar que la formación de investigadores precisa de recursos y de tiempo En su lugar, excusados por la directiva europea de reducir el empleo público, han impuesto drásticos recortes en la contratación de investigadores en centros de investigación y universidades. Esto, añadido a la falta de oportunidades en el sector privado y a los recortes en los programas de recursos humanos, está produciendo una “fuga de cerebros” desde el Sur hacia el Norte y fuera de Europa. El resultado es una irremediable pérdida de inversión y el incremento de la brecha en I+D entre los países europeos. Desesperanzados por la falta de oportunidades y la incertidumbre inherente a la concatenación de contratos temporales, muchos científicos están considerando abandonar la investigación, un camino sin retorno debido a la naturaleza de la actividad investigadora que diezma el personal científico cualificado disponible para la industria. En vez de disminuir el déficit , todo esto está contribuyendo a crear un nuevo tipo de déficit: un déficit en tecnología, innovación y descubrimiento que afecta a toda Europa.
Han elegido ignorar que la investigación aplicada no es más que la aplicación de la investigación básica y no se limita a investigación con impacto en el mercado a corto plazo, como algunos líderes políticos parecen creer. En su lugar, a nivel nacional y europeo, han impuesto una marcada tendencia a centrarse en estos proyectos de investigación orientados al mercado, cuando éstos no son más que frutos de una rama baja del intrincado árbol de la investigación. A pesar de que en algunos casos las semillas de estos frutos pueden germinar en nuevos conocimientos fundamentales, socavar la investigación básica mata lentamente las raíces del árbol.
Han elegido ignorar cómo funciona el proceso científico; que la investigación requiere experimentación y que no todos los experimentos tendrán éxito; que la “excelencia” es la punta de un iceberg que flota gracias al corpus de trabajo que hay debajo. En su lugar, las políticas científicas a nivel nacional y europeo han derivado rápidamente en políticas de financiación de un número cada vez más reducido de grupos de investigación bien establecidos, socavando el portfolio diversificado que necesitaremos para afrontar los retos sociales y tecnológicos del futuro. Adicionalmente, esta política está contribuyendo a la “fuga de cerebros” debido a que un pequeño número de las instituciones mejor financiadas están llevando a cabo políticas de contratación de este reducido número de investigadores con financiación.
Han elegido ignorar la sinergia crucial que existe entre la investigación y la educación. En su lugar, han cortado drásticamente la financiación de la investigación en las universidades, afectando negativamente su calidad y amenazando su papel como promotoras de igualdad de oportunidades.
Y sobre todo, han elegido ignorar que la investigación no sólo sirve a la economía sino que incrementa el conocimiento y el bienestar social, incluyendo de aquellos que no pueden pagar la factura.
Han elegido ignorar pero estamos decididos a recordárselo con determinación porque su ignorancia puede costarnos el futuro. Como investigadores y ciudadanos, formamos una red internacional acostumbrada a intercambiar información y proposiciones. Y estamos involucrados en llevar a cabo una serie de iniciativas a nivel nacional y europeo para oponernos rotundamente a la destrucción de las infraestructuras nacionales de I+D y para contribuir a la construcción de una Europa social de abajo a arriba. Hacemos un llamamiento a investigadores y ciudadanos a defender esta postura con nosotros. No hay alternativa. Se lo debemos a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos.
Amaya Moro-Martín, Astrophysicist; Space Telescope Science Institute, Baltimore (USA); EuroScience, Strasbourg; spokesperson of Investigación Digna (for Spain).
Gilles Mirambeau, HIV virologist; Sorbonne Universités, UPMC Univ. Paris VI (France); IDIBAPS, Barcelona (Spain); EuroScience Strasbourg.
Rosario Mauritti, Sociologist; ISCTE, CIES-IUL, Lisbon (Portugal).
Sebastian Raupach, Physicist; initiator of “Perspektive statt Befristung” (Germany).
Jennifer Rohn, Cell biologist; Division of Medicine, University College London, London (UK); Chair of Science is Vital.
Francesco Sylos Labini, Physicist; Enrico Fermi Center, Institute for Complex Systems (ISC-CNR), Rome (Italy); editor of Roars.it.
Varvara Trachana, Cell biologist; Faculty of Medicine, School of Health Sciences, University of Thessaly, Larissa (Greece).
Alain Trautmann, Cancer immunologist; CNRS, Institut Cochin, Paris (France); former spokesman of “Sauvons la Recherche”.
Patrick Lemaire, Embryologist; CNRS, Centre de Recherche de Biochimie Macromoléculaire, Universités of Montpellier; initiator and spokesman of “Sciences en Marche” (France).
Fuente: La Ciencia y sus Demonios
Licencia CC
Un tercio de las europeas, 62 millones de mujeres, han sufrido en algún momento de su vida violencia física o sexual, según una encuesta de la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA), la mayor hasta la fecha sobre este asunto, realizada a partir de entrevistas personales a 42000 mujeres de entre 18 y 74 años de la que se desprende que el cinco por ciento de las ciudadanas ha sido víctima de una violación.
Fuente: Madridpress.com
Fuente: iustopía
os países de Europa no realizaron ninguna ejecución en 2009 por primera vez desde 1980, año en que Amnistía Internacional (AI) comenzó a realizar seguimiento al respecto, destaca la organización humanitaria en su informe anual.
No obstante, los autores del documento expresan su decepción por dos ejecuciones recientes en Bielorrusia, y reiteraron al presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, su petición de decretar una moratoria a la pena de muerte en su país.
En los últimos 10 años, Bielorrusia, Uzbekistán y Tayikistán ejecutaron a unas 130 personas, pero desde 2006 el país eslavo es el único Estado europeo en llevar a cabo ejecuciones.
«Muchas de las antiguas repúblicas soviéticas abolieron la pena capital en los 1980 y 1990, Rusia y Ucrania llevan más de diez años sin ejecutar a nadie, mientras que Bielorrusia sigue siendo un país problemático», señala el informe de AI.
Al mismo tiempo, la cifra exacta de ejecuciones realizadas el año pasado en el mundo se desconoce a falta de datos oficiales de China, un país donde, según los defensores de derechos humanos, hubo miles de ejecutados en los últimos años y al que AI pide revelar la información al respecto.
La organización indica también que Estados Unidos es el único país americano que sigue aplicando la pena capital. Más de cien estadounidenses fueron condenados y otros 52 ejecutados el año pasado.
Por su parte, Irán continúa liderando entre los países de Oriente Próximo con 388 ejecuciones en 2009. Igualmente, AI muestra preocupación ante el aumento de estos casos en Irak donde el año pasado fueron ejecutados 120 personas frente a 34 en 2008.
Fuente: RIA NOVOSTI
_________________
Enlaces relacionados:
– En EE.UU. la pena de muerte lo importante es a quién se mata
– La agonía de la pena de muerte en EE.UU.
– El gran dilema: pena de muerte o prisión perpetua o penas máximas. Marisol Collazos Soto
– El dictador Francisco Franco firmaba penas de muerte tomando café
– Cómo ejecutar a un ser humano
– Países que han abolido la pena de muerte desde el año 1976
– Los criminólogos no creen en la pena de muerte
– Origen del rechazo a la pena de muerte
– Pena de muerte en la República Popular China
– El museo de Orsay (Francia) revisa la pena de muerte en el arte
En la Europa que quiere presentarse como modelo de los derechos humanos, en los últimos diez años ha crecido en forma alarmante la intolerancia contra las minorías. Homosexuales, musulmanes, judíos, inmigrantes, negros. El fenómeno es todavía más agudo en la Europa del Este, en los países ex comunistas, donde la virulencia produce con frecuencia inusitada ataques, destrucción, heridos y muertos. «La violencia por prejuicios raciales es un serio problema en Europa», afirmó Maureen Byrnes, directora de la organización norteamericana que estudia con método lo que está ocurriendo en Europa y Estados Unidos y que se llama «Derechos Humanos Primero» (DHP).
Human Rights First presentó un informe escalofriante que abarca doce años, desde 1984, cuando comenzó el monitoreo del crecimiento de la intolerancia, hasta el año pasado.
La discriminación y las violencias antisemitas, por ejemplo, han aumentado en 2006 hasta alcanzar el pico más alto en absoluto. En Rusia, Ucrania y otros países, pero también en Francia, donde las profanaciones de cementerios, las pintadas y los actos de intolerancia han crecido en un 6,6%. «El fenómeno es muy complejo», explica el rabino jefe de Roma, profesor Riccardo Di Segni. Las reacciones violentas se apoyan en una cultura bien radicada de prejuicios. El famoso padre Luigi Gelmini, fundador de los 238 centros del grupo Encuentro en 17 países, respondió a las acusaciones de haber cometido abusos sexuales afirmando que se trataba de infamias promovidas «por el lobby judeo-radical chic». Poco después se arrepintió afirmando que donde dijo «judíos», que en realidad amaba, quiso decir «masonería». Pero el daño estaba consumado.
El Papa ha reimplantado la misa tradicional en latín en su versión de 1962, aprobada por Juan XXIII, que ya no ataca a los «pérfidos judíos», pero que sigue incluyendo en sus invocaciones a «la conversión de los hebreos». Y hace dos semanas el Papa recibió en audiencia a las autoridades de la Radio María de Polonia, famosa por su propaganda antisemita y de ultraderecha xenófoba.
Persisten también las discriminaciones contra los millones de inmigrantes musulmanes, por fortuna con una atenuación de las intolerancias respecto al nivel de 2005, cuando los atentados terroristas en los medios de transporte causaron en Londres medio centenar de muertos. Pero un análisis demoscópico realizado para el diario Financial Times indicó que el 38% de los británicos tienen aún una gran desconfianza de los musulmanes.
En Italia, uno de cada tres ciudadanos estima que la gente islámica representa «una amenaza para la seguridad nacional» El porcentaje baja al 21% en Francia y Estados Unidos. En Gran Bretaña, un 52% espera «un gran atentado terrorista» de matriz islámica antes de fin de año, lo que echa leña al fuego del prejuicio y la desconfianza. La mayoría estima que los musulmanes tienen «demasiado poder» en el país. Los italianos están detrás, aunque no se hayan producido en Italia hechos terroristas de magnitud.
La Liga Norte de Umberto Bossi aliada de la centroderecha del ex primer ministro Silvio Berlusconi, xenófoba y partidaria durante mucho tiempo de la «liberación» de las prósperas regiones septentrionales italianas con la creación de otro Estado, acumula todos los días odiosas posiciones racistas. Sus partidarios han «marcado» en varias ciudades con orina de cerdo los terrenos donde la comunidad musulmana quería construir mezquitas. Existe un personaje singular y tremendo de la Liga Norte que es el jefe municipal de Treviso, la ciudad de la riquísima familia Benetton. Se llama Giancarlo Gentilini. En varias oportunidades quitó los bancos públicos donde se sentaban los inmigrantes, puso puntas de metal en las paredes de las calles donde negros, árabes y asiáticos que se reúnen a charlar.
Estas barbaridades producen críticas y sonrisas, pero casi nada más, inoculando el veneno cultural que alimenta prejuicios y reacciones violentas.
La violencia contra los gays es creciente en los países del Este europeo, aunque también sea inquietante la situación en la rica Europa Occidental. El obispo de Frascati, ciudad cercana a Roma y el Vaticano, dijo hace unos días que «los homosexuales no son cristianos». En Rusia una mayor presencia de los homosexuales ha llevado a un incremento de la retórica homofóbica, que muchas veces se apoya en la difusión de carteles y logos de matriz nazi, seguida de una violencia cada vez más dura. La persecución contra los inmigrantes y minorías son moneda común en la Europa del Este. En Rusia fue difundida hace poco por Internet la ejecución de dos extranjeros del Tadjikistán por parte de un grupo de ultraderecha, en nombre de la «pureza rusa».
El informe de DHP destaca que pocos países se han comprometido a monitorear sistemáticamente los casos de «crímenes de odio». Francia, Alemania y Gran Bretaña lo están haciendo. Los demás, según la organización, demuestran hostilidad y «reflejan la indiferencia de muchos gobiernos». El informe dice que los instrumentos están en manos de los gobiernos y propone que «pongan la prioridad política en la lucha contra el odio criminal y contra los atentados racistas».
Fuente Clarin.com