La web de Maco048. Criminología

La bebé de tan solo 17 meses de edad había ingresado de urgencia con la faringe untada de excremento de vaca porque su madre, María Eugenia Tique, la metió en el vientre del animal, aplicando los consejos de un tegua de zona rural del municipio (Tolima) que aseguraba que la infante estaba yelada.

Al parecer, un pariente cercano a la familia había estado en un entierro y luego tuvo contacto con la bebé, al ver que la niña enfermó después de este acercamiento, la madre optó por buscar la ayuda de un curandero del sector.

Al ser sometida a esta ignorante terapia, la infante bronco aspiró al tragar excremento de la vaca, por lo que fue llevada de urgencia al hospital San Rafael de la localidad pero al ingresar no presentaba signos vitales.

El gerente del centro asistencial, Arcesio Perdomo, indicó que informó del caso al CTI y a la Fiscalía y después de hecha la autopsia por parte de Medicina Legal, se determinó que la niña había muerto por asfixia y sus pulmones estaban llenos de materia fecal del animal.

Lo inverosímil del caso es que estos tratamientos de curanderos son bastantes costosos y la madre en su ignorancia ahora tendrá que responder por el presunto homicidio de su hija.

Uno puede pensar que es algo totalmente único o incluso que no es cierto, pero esta otra noticia de febrero del 2006, descripta en otro diario, amplía un poco la información:

Bogotá.- Un niño de dos años murió tras haber sido introducido en el vientre de una vaca sacrificada, una práctica a la que una creencia popular atribuye propiedades curativas.
El niño presentó problemas respiratorios y falleció pocos minutos después de ser introducido en el vientre del animal, en el matadero municipal de Palermo, a 320 kilómetros de Bogotá.
Los padres del infante son dos jóvenes que apelaron a la creencia popular para que su hijo pudiera superar «deficiencias» que tenía en las piernas y que le impedían caminar. Ante el hecho, responsables del matadero serán destituidos. FUENTE.

¿Hasta cuándo vamos a seguir aceptando abiertamente a las «medicinas alternativas»? ¿Cuándo se va a declarar oficialmente la guerra contra la ignorancia?

Es cierto que no todas las «medicinas alternativas» son iguales, algunas no meten bebés en vientres de vacas, algunas sólamente le dan botellitas de agua a enfermos de cáncer. O tal vez pinchan la piel de una persona estresada. Pero recordemos que la medicina, además de un arte y una técnica, es una ciencia. La parte científica es la que investiga, y la que verifica que funcione. Una alternativa a esto, es claramente algo que no investiga o que no funciona.

Hay medicinas alternativas más y menos «intrusivas», más y menos responsables, más y menos lógicas. Pero, ¿Qué criterio utilizamos para demarcar el límite de lo moralmente aceptable?

Fuente:  Alerta Pseudociencias