Esta práctica de las fuerzas de seguridad para abultar los resultados operacionales y obtener honores y dinero se refleja en la ópera prima del documentalista y director de televisión Colbert García. El 19 de este mes se realizó un preestreno en una sala de Bogotá ante un auditorio de militares, a los que el filme no les cayó para nada en gracia.
El barrio El Paraíso es el escenario donde bandas armadas extorsionan a tenderos y transportadores a cambio de no atacarlos.
Es una zona llena de vida en las montañas al sur de Bogotá, en el enorme sector de Ciudad Bolívar, donde viven en la pobreza unos 400 000 desplazados de sus hogares por el conflicto armado y cuyo único lujo es la espectacular panorámica de la capital a sus pies.
Casualidad o cosas de documentalista es que Esmeralda Pinzón, la actriz que tiene a cargo el complejo y logrado papel de Susana, un eslabón en el negocio de los falsos positivos, vivió realmente en El Paraíso. Obligada a abandonar su hogar a los 10 años, luego del asesinato de su padre, llegó con su mamá y se instaló como desplazada en ese lugar, según contó al portal ConfidencialColombia.com.
El filme se aproxima con delicadeza al mecanismo que recluta a los jóvenes para convertirlos en “falsos positivos”. Se les ofrece trabajo fuera de la ciudad por unos días, pero nunca regresarán. Una vez reclutados, son compelidos a ponerse prendas de camuflaje como las usadas por guerrilleros para ser fusilados por miembros de la fuerza pública.
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Actualmente la investigación de la fiscalía abarca más casos, unos 2 500, e implica a unos 3 800 militares. Pero no proporciona nombres, da cifras. El Banco de Datos se resiste a reducir las víctimas a números. Por eso, 196 de las 327 páginas del informe contienen breves párrafos que cuentan fechas, nombres, lugares y cómo ocurrieron las cosas.
El estudio del Cinep no hace un recuento de los comandantes locales, regionales o nacionales bajo cuyo mando ocurrieron esos crímenes.
De ellos, 40 por ciento ocurrió en 2007, cuando el hoy presidente Juan Manuel Santos era ministro de Defensa del gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010).
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1. El Estado colombiano y sus «falsos positivos»
Ya se conoce la práctica sistemática del ejército colombiano de asesinar niños y jóvenes civiles para luego hacer pasar sus cadáveres por «guerrilleros abatidos en combate», ya hay al menos 3000 casos de asesinatos «falsos positivos» documentados, reconocidos por la propia ONU. Un “falso positivo” es, según la definición de los militares colombianos, algo que ellos reportan como “positivo” pero que está basado en una falsedad, así sea algo que para aparentar veracidad deba comportar muertes reales y montajes macabros con los cadáveres. El “falso positivo” es parte de la guerra sicológica, en tanto que busca incidir en la realidad y su percepción a través de montajes. La práctica de asesinatos de civiles en Colombia es un sistematismo del ejército colombiano, que le permite justificar un descomunal gasto militar mientras los presupuestos para salud, educación, sanidad, vivienda, obras estructurales para la seguridad ecológica son cada día más miserables.
2. Un gran teatro: entre narcotraficantes, generales, Comisionado de Paz y un desertor, reclutaron a 66 desempleados e indigentes para hacerlos pasar por guerrilleros
Se acaba de destapar otro gran «falso positivo»; otro gran montaje del Estado colombiano, cuya producción de mentiras parece no tener no límites: inventaron la desmovilización de todo un bloque de las FARC. O sea reclutaron a 66 desempleados e indigentes para hacerlos pasar por guerrilleros de las FARC que se desmovilizaban de la guerrilla contando los «horrores de la insurgencia», ratificando la propaganda de «no hay ya ética política en las FARC», y la propaganda de «las FARC están acabadas». A esos 66 indigentes los «prepararon» un mes, los disfrazaron, y los pasaron por televisión entregando armas y declarando que desertaban de las FARC, que se «desmovilizaban». Sí, increíble pero cierto. Este es el alcance de las mentiras del Estado colombiano que para adelantar la guerra sicológica invierte el presupuesto público y trabaja con narcotraficantes para construir un gran engaño de cara al país y al mundo, engañando a todos aquellos que creen en su “buena fe”.
3. El Comisionado de “Paz”, los narcos, organismos estatales y el que “fabricaba minas en su casa, transportadas en carros de seguridad del Estado.”
La propia directora de Manos por la Paz Internacional, la holandesa Liduine Zumpolle, indignada, aseguró que la desmovilización de un supuesto frente guerrillero en Tolima, en marzo de 2006, fue una farsa cocinada por el entonces Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo. «Ellos deben tener caletas de dinero escondido y se comportan como mendigos», aseguró Zumpolle, quien manifestó que entonces, con la presunta desmovilización crearon una Corporación Paz Mundial de papel, que recibió plata del gobierno, de la comunidad internacional, de la misma organización Manos por la Paz y hasta de un narcotraficante.
Así reseña Caracol las declaraciones la Liduine Zumpolle : “que el Comisionado de Paz Restrepo se ha portado como un criminal, urdiendo farsas y entregando dinero : «El mismo me lo dijo, le entregó a Saldaña y sus compinches muchísimo dinero, dos mil millones de pesos», aseguró.
Dijo que, además, la falsa desmovilización se organizó también con un dinero que dio el narcotraficante Hugo Alberto Rojas «con la promesa de no extraditarlo, pero después lo hicieron, es decir le demoraron la extradición». Aseguró que había un grupo de compinches en el Tolima que se aliaron con Restrepo y con otros sectores criminales que trabajaban con el Estado, para sacar mucho dinero. Señaló que además de Saldaña, un hermano y su hermana, estaba Jorge Didier Polanía, que fabricaba minas en su casa, «las transportaba en carros de seguridad del Estado y luego pedían dinero para su desmonte. Todo eso lo hacían con gente del DAS», dijo.” (1)
Estos son los montajes del Estado colombiano: entre paramilitares, narcotraficantes, generales, Comisionado de Paz y un desertor, reclutaron a 66 desempleados e indigentes para hacerlos pasar por guerrilleros: la falsa desmovilización del bloque «Cacica Gaitana» tuvo amplia difusión nacional e internacional. Esa «desmovilización» sin precedentes de «todo un bloque de las FARC» fue un montaje: «Al menos tres desmovilizados sostienen que toda esa desmovilización fue una mentira, que consiguieron la gente y que compraron las armas que iban a entregar», dijo González León a la agencia de noticias AP.
De acuerdo con declaraciones de tres desmovilizados, difundidas por la emisora La FM, el Comisionado de Paz del gobierno, Restrepo, estaba enterado del supuesto montaje para el que se reclutaron, en distintas regiones del país, a ladrones, indigentes y desempleados para hacerlos pasar por guerrilleros de las FARC.
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Más información sobre Colombia
Por razones de «vigilancia laboral» en puestos de alta responsabilidad, los test de despistaje del consumos de drogas ilegales se ha convertido en algo habitual. La transcendencia de un test positivo a una sustancia en una persona que niega su consumo puede ser muy importante, sobre todo a efectos legales o laborales. Y no son infalibles.
El American Hournal of Health.System Pharmacy ha publicado un artículo Brahm NC, Yeager LL, Fox MD et al. Commonly prescribed medications and poytential false-positive urine drug screens. Am J Health Syst Pharm 2010 Aug 15; 67 (16): 1344-50. Revisando las 25 publicaciones de notificaciones de falsos positivos documentados han efectuado un listado de sustancias de prescripción habitual que pueden producir falsos positivos. La lista es amplia, por lo que se importante determinar si el paciente está tomando alguno de estos medicamentos para interpretar adecuadamente los resultados. El artículo solo puede ser leído libremente en su resumen.
Medicamentos implicados: Bromfeniramina (Ilvico), Bupropion (Zyntabac, Elontril), Clorpromazina (Largactil), Clomipramina (Anafranil), Dextrometorfano (Romilar y otros), Difenhidramina (Bisolvon antitusivo compositum y otros), Doxilamina (Cariban, Dormidina y otros), Ibuprofeno, Naproxeno, Prometazina (Actithiol antihistamínico, Fenergan expectorante), Quetiapina (Seroquel), Ofloxacino (Surnox), Ranitidina, Sertralina, Tioridazina, Trazodona (Deprax), Venlafaxina y Verapamil.
Los falsos positivos más frecuentes fueron a anfetaminas y metilanfetaminas, junto a metadona, opiáceos, fenciclidina, barbitúricos, canabinoides y benzodiacepinas.
La técnica utilizada en el despistaje de drogas fue el inmunoensayo. Si hubiera dudas sobre un falso positivo habría que utilizar otras técnicas analíticas.
Una buena revisión sobre el tema se puede encontrar en Urine Drug Screening: Practical Guide for Clinicians de la Mayo Clinic Proceedings
Fuente: El Supositorio
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La jornada ‘cívico-militar’, en la que participaron los familiares de los uniformados, se cerró con rifas y el saludo del comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla.
Los uniformados procesados por los ‘falsos positivos’ de Soacha, que quedaron libres por vencimiento de plazos y que fueron confinados en la Escuela de Artillería, al sur de Bogotá, por orden del Ministerio de Defensa, fueron objeto de una jornada que incluyó orientación psicológica, payasos y almuerzo con lechona.
El encuentro, que fue programado por el Departamento de Derechos Humanos de las Fuerzas Militares, incluyó la presencia de las familias de los uniformados, algunas de las cuales fueron trasladadas desde diferentes zonas.
Los 46 hombres hacen parte del grupo de militares que recobró la libertad desde comienzos de este año y que, en tres tandas, fueron «confinados» por orden del Ministerio de Defensa y el Comando de las Fuerzas Militares, hasta que se aclare su situación jurídica. El evento arrancó a las 8 de la mañana con una misa a la que asistieron dos generales de la institución y posteriormente hubo una conferencia a cargo de varios sicólogos.
Hacia la media mañana, uniformados y familiares fueron separados: los militares fueron llevados a uno de los casinos, que estaba acondicionado con velas y aromatizantes. Allí, según contó una persona que estuvo en el evento, tuvieron una larga terapia de relajación y meditación.
Simultáneamente, las esposas, madres y hermanas de los uniformados recibieron tratamiento de ‘spa’ en el otro casino. Les hicieron mascarillas, masajes y tintes a cargo de una reconocida marca de belleza. Entre tanto, los niños quedaron a cargo de un grupo de payasos.
Malestar entre familias
EL TIEMPO habló con cinco de las familias que asistieron a la jornada y señalaron que los militares alcanzaron a ser enviados de vacaciones una vez se les ordenó la libertad, pero cuando el Ministerio dio la orden de confinarlos fueron devueltos a Bogotá inmediatamente.
«El general nos dijo que lamentaba nuestra situación y que estaba para respaldarnos a nosotros y a nuestros muchachos, pero que había que esperar el resultado de la justicia. Pero para nosotros esa fiesta que nos hicieron fue una bofetada», señaló la madre de uno de los militares.
Todos intentaron hablar con Padilla, pero una vez saludó a cada uno de los familiares abandonó la unidad militar. Ese mismo día cada uniformado recibió una ancheta con mercado y el tiquete de regreso a sus sitios de origen para sus familiares.
Consultado por este diario, el comando de las Fuerzas Militares confirmó la reunión e indicó que «la intención era que los familiares verificaran que los militares estaban en perfectas condiciones, y que para eso tuvieron acompañamiento psicológico».
Fuente: ELTIEMPO.COM
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Organizaciones colombianas de distintos tipo han encontrado una manera de reflexionar sobre sus opiniones acerca de la delincuencia, la violencia y los conflictos armados, donde es difícil distinguir entre «buenos» y los delincuentes.
En el primer vídeo, madres y familiares marcharon en señal de protesta en contra de la impunidad de las fuerzas armadas en la muerte de sus hijos en lo que se conoce como casos de «falsos positivos». En el más reciente de estos casos, parece que los jóvenes fueron atraídos por militares con promesas de trabajo en las zonas rurales, donde fueron muertos por los soldados muertos en acción de cumplimiento. Sin embargo, los 17 soldados acusados de crímenes fueron absueltos por períodos de tiempo de los procedimientos.
El segundo grupo en cuestión es la comunidad indígena Nasa que, debido a su canal de YouTube tiene la oportunidad de contar su versión de una historia habitualmente ignorada por los medios de comunicación. En este caso, minas, granadas y otras armas se quedan en la reserva indígena, ubicada en el centro de la zona en disputa entre los grupos armados, legales e ilegales. El Servicio de Seguridad de las comunidades indígenas deben «barrer» la zona con frecuencia.. En el vídeo, la NASA pidió a los militares para detener la difusión de las minas y, al menos, limpiar la zona de las municiones sin estallar donde los miembros de la comunidad acaban caminando.
El tercer vídeo es la grabación de la entrevista realizada por un periódico de barrio a la policía para un balance de las actividades al final del año. En la entrevista, titulado «Ojo a la mano!» El agente citó un ejemplo de ello. Los miembros de una banda criminal, que vivía en un apartamento situado en un complejo residencial de alto nivel, para sorpresa de los vecinos, hacían contrabando de armas en bolsas como las de transporte de raquetas de tenis. Pero lo que sorprende más al agente de policía: que si ven chicos que viven solos y manejan gran cantidad de dinero, pasar el tiempo en comer y llevarse a casa chicas atractivas, pueden pertenecer a una organización mafiosa.
Miniatura Foto tomada de: http://www.flickr.com/photos/mwichary/ (con licencia CC BY 2,0)
original del artículo Juliana Rincón Parra
Fuente: GloblaVoices
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