Es un hecho claro que el ateísmo es un fenómeno propio de las sociedades desarrolladas puesto que en los países más pobres el fanatismo religioso campa a sus anchas y cualquier disidencia hacia la verdad revelada imperante se paga habitualmente con el rechazo, la discriminación y la exclusión, cuando no directamente con la muerte. Recientemente se ha publicado un estudio que intenta explicar esta relación.
Así analizando datos estadísticos correspondientes a 114 países diferentes, este estudio ha encontrado que la creencia religiosa es siempre mayor en países donde la vida es más difícil e incierta, mientras que las naciones con mayor y mejor estado del bienestar y con menos problemas sociales y económicos tiene pocos creyentes. El estudio indica que los países con mayores tipos impositivos fiscales y con mayor estado del bienestar, que protegen a los ciudadanos normales de la inseguridad sanitaria, social y económica, son los que presentan mayores porcentajes de ateos e increyentes. El estudio concluye que un estado del bienestar fuerte hace innecesaria a la religión como elemento protector frente a las adversidades.
También en el estudio se comenta el inusual caso de los EEUU que es el único país desarrollado altamente religioso. Y los datos concuerdan con la hipótesis previamente planteada, ya que la superpotencia presenta una red de protección social muy desigual, presenta una elevada falta deconfianza social, altos niveles de delincuencia y la pobreza, todo ello comparado con el resto del mundo desarrollado.
En resumen:
A menos estado del bienestar, menor justicia social, por tanto los desfavorecidos tendrán más necesidad de caridad”
Por lo que los brutales recortes que están desmantelando el estado del bienestar en todo el sur de Europa, a la larga tendrán la consecuencia de aumentar la religiosidad y por tanto, el grado de fanatismo de la ciudadanía se reforzará, retrotrayéndonos quizás a oscuras épocas más intolerantes, más cerriles y más ignorantes que muchos pensábamos que habíamos abandonado hace tiempo. Esto permite entender el comportamiento criminal de nuestro gobierno (trufado de sectarios católicos) que mientras desmantela la sanidad y la educación públicas, destruye la ciencia y cercena las ayudas sociales sin ningún pudor ni remordimiento alguno, sigue manteniendo incólume el despilfarro de subvencionar a la iglesia católica, para que así ésta pueda seguir pescando acólitos en estos procelosos tiempos de crisis económica.
Fuente: Diario de un ateo