Gilles de la Tourette fue uno de los neurólogos más influyentes de la historia de la Medicina; sin embargo, más allá de sus aportes científicos reconocidos lo cierto es que desarrolló otras actividades experimentales y su vida misma fue muy interesante.
Lo cierto es que Gilles solía tomar parte de juicios donde se cuestionaba si una persona podría llegar a cometer un suicidio debido a sugestiones hipnóticas. Posteriormente él mismo llegaría a experimentar con las sugestiones hipnóticas, pidiéndole a sus pacientes que envenenaran o dispararán a alguno de los internos. Por supuesto, jamás nadie resultó herido por estas experimentaciones pero estas curiosas ideas le valieron a Gilles el sobrenombre de “experto en hipnosis criminal”. Las conclusiones de Gilles después de valorar varios casos criminales y luego de sus experimentos fueron que una persona no puede matar a otra por una sugestión hipnótica a menos que esté en una situación de laboratorio. Pero… estos estudios le jugaron una mala pasada…
Aún le quedaría un juicio más: el suyo; donde la presunta asesina afirmaba que había cometido el atentado bajo estado de hipnosis pero lo que resultó mucho más curioso fue el hecho de que esta paciente psicótica le disparó en la cabeza al propio Gilles porque afirmaba que había sido hipnotizada en la distancia por el neurólogo. El evento fue tan impactante que ocupó la portada en Le Pays Illustré y se le dedicó un artículo en Le Progrès Médical.
Por fortuna Georges Guinon llegó unos minutos después y pudo ver a la mujer que aún estaba sentada en la sala de espera con una actitud de aparente satisfacción. El disparo, evidentemente, no fue mortal y para la tarde del día siguiente Gilles ya se encontraba bastante recuperado pero el incidente desató una fuerte controversia sobre la hipnosis (recordemos que este procedimiento aún estaba en sus inicios y contaba con fervientes practicantes pero también con muchos detractores).
La joven que disparó se llamaba Rose Kamper y posteriormente se conoció que había estado internada en el asilo Sainte-Anne ocasión en la cual había escrito varias cartas amenazantes dirigidas al administrador del sitio. Posteriormente Rose confesó que sospechaba que Gilles estuviese enamorado de ella y también le acusó de haberla hipnotizado sin su consentimiento aniquilando toda su fuerza de voluntad.
En su defensa alegó que el día en que disparó ella había sido hipnotizada en la distancia por lo que su cuerpo estaba ocupado por otra instancia que la compulsó a la violencia. A partir del análisis psiquiátrico se concluyó su diagnóstico: esquizofrenia paranoide y fue ingresada por varios periodos en diferentes hospitales psiquiátricos.
Gilles vivió más de una década después del infructuoso intento de asesinato pero su comportamiento comenzó a deteriorarse volviéndose cada vez más extraño. En el año 1901, debido a los frecuentes delirios que padecía fue forzado a abandonar su trabajo e ingresó en el Hospital Psiquiátrico de Lausanne donde murió en el año 1904.
Referencias:
Bogousslavsky, J. & Walusinski, O. (2010) Gilles de la Tourette’s criminal women. The many faces of de siècle hypnotism. Clinical Neurology and Neurosurgery.
Lees, A. J. (1986) Georges Gilles de la Tourette. The man and his times. Revue Neurologique; 142(11): 808-816.
Fuente: Rincón de la Psicología
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Enlaces de interés:
– La web de Maco048. Noticias: Historia de la Psicología Forense
– La web de Maco048. Noticias: Psicología
– Georges Gilles de la Tourette – Wikipedia, la enciclopedia libre