Schrödinger y Heisenberg iban conduciendo un coche por la autopista cuando un policía los detuvo.
Caminó hacia la ventanilla y le pregunta: “Señor, ¿sabe usted a la velocidad que iba?
Heisenberg le responde: “No, pero sé exactamente dónde estaba”.
El policía, pensando que una respuesta tan extraña merecía ampliar la investigación le pide a Heisenberg que abra el maletero del carro. Mira dentro y ve un gato muerto.
“¡¿Sabía usted que hay un gato muerto aquí dentro?!”, le grita.
Schrödinger le contesta: “¡Bueno, pues ahora lo sé!”