El Homo antecessor contemplaba en su dieta ejemplares de otros homínidos, sobre todo individuos inmaduros a los que sometía a los mismos procesos de carnicería que a los animales. Así se constata en un nuevo estudio que aporta más hipótesis sobre el porqué del canibalismo que practicaba este homínido en la sierra de Atapuerca hace unos 800000 años.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigación, liderado por el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), ha comparado el canibalismo practicado por chimpancés, humanos modernos y casos arqueológicos con las evidencias del nivel TD6 del yacimiento de la Gran Dolina (Sierra de Atapuerca) para «explorar las posibles causas que motivaron esta conducta en el Pleistoceno inferior», indica Palmira Saladié, autora principal del estudio e investigadora del IPHES.
Según el trabajo, publicado recientemente en Journal Human Evolution, no se observan diferencias en el tratamiento de la carne de las carcasas o de los huesos de Homo antecessor con el de otros animales. Los investigadores compararon las marcas de corte y fracturas de los huesos de estos homínidos para el consumo del tuétano (sustancia blanca en el interior de los huesos) con las localizadas en otros animales.
Consumir miembros de otros grupos
«Las modificaciones encontradas en Homo antecessor y los huesos de otros animales indican que el proceso de carnicería fue el mismo sobre las diferentes especies y que los restos una vez consumidos se descartaban sobre el suelo de hábitat de la misma manera», apunta Saladié.
«Esto sugiere, tal y como ya se publicó en 2010 en la revista Current Anthropology, que los homininos que utilizaron Gran Dolina como campamento cazaban y consumían individuos de otros grupos de manera recurrente, incluyendo esta conducta en su sistema cultural», añade la misma investigadora.
Aunque hay un número creciente de restos humanos con claras evidencias de canibalismo en yacimientos prehistóricos de Europa, este tipo de registro es aún escaso para extraer conclusiones generales. En el caso de conjunto de TD6, la información es la siguiente: «En primer lugar, los diferentes eventos de características similares se llevó a cabo sucesivamente, y segundo, el consumo de los restos era para fines nutricionales. Ambas inferencias sugieren la naturaleza funcional del canibalismo en este lugar», subraya la experta.
Referencia bibliográfica:
Palmira Saladié et al. «Intergroup cannibalism in the European Early Pleistoceno: The range Expansión and imbalance of power Hypotheses» Journal of Human Evolution