El pasado viernes tres de mayo el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de los Estados Unidos anunció que abandona el manual de Diagnostico y Estadística de los Trastornos Mentales (DSM) que durante décadas ha sido usado como el medio de diagnóstico por excelencia no solo en Los Estados Unidos sino en muchos otros países para el tratamiento de las Enfermedades Mentales que afectan a los humanos.
La noticia se anuncia con un tono de sarcasmo por parte de diferentes medios y redes sociales al referirse al DSM como la biblia de la psiquiatría, que por supuesto es usada como medio diagnóstico clínico para los diversos trastornos de salud mental y que traducido a diversos idiomas con el fin de unificar criterios internacionalmente, sin importar aspectos fenotípicos.
Lo cierto es que las investigaciones fisiológicas, genéticas y neurocognitivas han dado grandes avances y no pueden seguir siendo ignoradas, es por ello que la mirada se posará ahora sobre un proyecto que ya tiene camino andado llamado Research Domain Criteria (RDoC) que busca considerar componente psicológicos irregulares para la comprensión de las enfermedades mentales en términos cognitivos, así como diferencias neuronales y genéticas.
En este sentido una de las posibles ventajas del alejamiento del modelo psiquiátrico tradicional es que será posible, por un lado analizar con mayor detalle los trastornos, considerando factores influyentes, desde genéticos, ambientales, y clínicos y por otro lado, forzará a los profesionales de la salud mental a requerir de mayores herramientas de diagnóstico.
Bajo este contexto, quizá sea posible ver a las personas más allá de la etiqueta que le sea otorgada, además de que existan otras formas de tratamiento además de la pastilla mágica cúralo todo a la que la psiquiatría tradicional nos ha tenido acostumbrados, encontrando así el apoyo de la neurociencia.
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Imagen: Leonard John Matthews via photopin cc