Un estudio publicado en NeuroReport midió el tiempo en que un grupo de estudiantes universitarios pueden tener sus manos en agua muy fría. Durante el ejercicio podían gritar palabras malsonantes o palabras neutras; quieren dijeron insultos aguantaron hasta 40 segundos más y aseguraron sentir menos dolor.
Según Richard Stephens de la Universidad de Keele (Reino Unido), quien dirije el estudio, «insultar es una reacción tan común al dolor que tiene que haber una razón por la cual sucede». Por qué un insulto tiene efectos físicos no es del todo claro, pero los científicos especulan que tiene relación con la forma en que el cerebro trabaja y la relación con las emociones.
A diferencia del lenguaje “normal”, que se apoya en el lado izquierdo del cerebro, las injurias apelan a ciertas elementos del lado derecho. Uno de esos elementos en el lado derecho del cerebro es la amígdala cerebral, que puede iniciar respuestas físicas, acelerando los latidos del corazón causando disminuyendo el dolor que podemos llegar a sentir, cosa que efectivamente sucedía con los estudiantes que insultaban.
Fuente: Alt1040
Bajo licencia Creative Commons
___________________
Enlaces relacionados:
– Los matones en la escuela afirman que les provocan
– Apuntes Criminología (Universidad Murcia)