Una delegación integrada por Amnistía Internacional, el Committee of Concerned Scientists, y la Campaña Internacional para los Derechos Humanos en Irán entregará miles de peticiones y cartas recogidas por estas organizaciones y la Sociedad Americana de Física, que piden la liberación de Omid Kokabee a la Misión de la ONU en Irán en Nueva York el martes 28 de octubre a las 10:30 h en 622 Third Avenue, entre las calles 40ª y 41ª. Entre las miles de firmas de peticiones en línea y en papel, al Líder Supremo de Irán, se encuentran las de 31 galardonados con el Premio Nobel de Física entre los años 1972 y 2013.
Los miembros de la delegación harán declaraciones en la plaza exterior de la Misión de la ONU a Irán y mostrarán las cartas y peticiones al público antes de su entrega a la Misión.
La entrega de la petición es la culminación de los esfuerzos en favor de Omid Kokabee desde su arresto en enero de 2011. Omid Kokabee es un joven (32 años) físico especializado en óptica láser y fotónica. Estaba haciendo el postgrado en la Universidad de Texas, Austin, cuando fue detenido en Irán durante un viaje a casa para visitar a su familia. Ha estado en prisión desde entonces. Fue condenado a diez años de prisión tras ser declarado culpable por cargos sin fundamento de «comunicación con un gobierno hostil» y recibir «fondos ilegítimos» tras un juicio injusto en un Tribunal Revolucionario de Teherán. Amnistía Internacional considera que Omid Kokabee es un preso de conciencia, que ha sido encarcelado únicamente debido a su negativa a participar en la investigación militar de la República Islámica de Irán y, como resultado de cargos falsos relacionados con sus vínculos académicos legítimos con instituciones académicas fuera de Irán.
Se había oído hablar de él antes, pero muchos descubrieron su existencia a través de estas fotografías morbosas, que fueron difundidas recientemente. Según la agencia de prensa INSA, el hombre que muestra un dedo cortado fue acusado de robo y adulterio por un tribunal en la ciudad suroccidental de Shiraz. También fue acusado de estar a la cabeza de una organización criminal. Además de perder sus dedos en una mano, fue condenado a tres años de prisión y 99 latigazos.
No hay testigos independientes que fueran capaces de relatar las circunstancias en que tuvo lugar esta amputación. Cuatro fotos de la escena publicadas por la agencia de prensa, fueron ampliamente difundidas en las redes sociales. Aunque parezca extraño, la cara del hombre no mostraba ninguna señal de sufrimiento en las fotos, aunque es posible que podría haber sido anestesiado.
El portavoz de Iran Human Rights, Mahmud Amiry-Moghaddam, que tiene su sede en Noruega, explica: «Lo sorprendente de esto es que no sólo era una amputación pública, sino que las fotos fueron distribuidas por funcionario agencias de prensa y que mostraban una máquina que no habíamos visto hasta ahora. Nos hemos dado cuenta de que las autoridades hacen más publicidad sobre los casos de castigo corporal. Cada vez que nos acercamos a las elecciones, el número de estos incidentes aumenta. Y estamos muy cerca de la elección presidencial [prevista para junio]. Creo que esta es una estrategia para infundir miedo a la población a fin de evitar cualquier protesta.
Estas son las palabras de Namazie, en una entrevista para Now Lebanon, titulada Desnudándose para Irán:
Cuando te enfrentas a un movimiento islámico que considera que vales la mitad de lo que vale un hombre y exige que tú seas atada, amordazada, tapada y segregada, entonces la desnudez se convierte en una importante forma de resistencia y disidencia, así como la solidaridad.
La desnudez es la antítesis del velo. Es una forma muy moderna de desafiar el islamismo y el velo. Los islamistas nos quieren cubiertas, ocultas, no vistas y no escuchadas; nos negamos a cumplir.
En muchos lugares – desde Irán, Afganistán, Arabia Saudita, Pakistán e Irak, incluso a los bastiones islamistas en Gran Bretaña y Occidente – es un crimen ser una mujer sin velo o velada incorrectamente. En tal situación, la desnudez es una manera importante de decir: «¡Basta! ¡No más!»
Actualmente, en Irán, como mínimo hay 4 hombres y 10 mujeres que están condenadas a morir lapidadas y desde 2002 sabemos que 6 personas al menos han sido ejecutadas a pedradas. Pero, hay un soplo de esperanza y ahora es el momento de actuar. Recientemente se ha conseguido que la lapidación sea eliminada del nuevo Código Penal iraní, pero todavía, en la práctica, los jueces podrían seguir dictando sentencias de lapidación remitiéndose al derecho islámico. FIRMA la petición para que nadie pueda ser ejecutado a pedradas.
El caudal de noticias que documenta la opresión, la discriminación y la explotación de la mujer en países de mayoría islámica es indetenible. Hace algunas semanas, Sakineh Mohammadie Ashtiani, una mujer de cuarenta y dos años, fue condenada por adulterio por un tribunal iraní. La sentencia era de muerte por lapidación, usando piedras lo suficientemente grandes para ocasionar un dolor intenso, pero no tan grandes como para causar la muerte instantánea. El sufrimiento hay que disfrutarlo, parece especificar esa burocracia sádica y detallista. Quizás movido por el escándalo internacional que se armó, el tribunal eventualmente ha decidido ahorcarla. El abogado defensor de la señora Ashtiani huyó del país, y ella ahí está, esperando su ejecución en un calabozo. A la mujer occidental que se le ocurra apelar por clemencia, se le tilda de prostituta, como pasó con Carla Bruni, la esposa del presidente francés.
El caso Ashtiani es apenas uno de los miles que conforman el torrente noticioso. Dos más: El año pasado, una saudí soltera de 23 años fue condenada a un año de prisión y 100 latigazos, también por adúltera (el sexo fuera del matrimonio se tipifica como adulterio, esté la mujer casada o no). Su crimen fue haber sido violada por un desconocido que le ofreció un aventón. Recordemos que en Arabia Saudita a las mujeres se les tiene prohibido conducir automóviles, así que, como se dice en Venezuela, o corren o se encaraman. En 2008 en Somalia, una niña de 13 años, que cual caperucita roja caminaba por el campo para visitar a su abuela, fue asaltada y violada por tres desconocidos. Desesperada y sangrante, ella corrió a una aldea, donde los líderes tribales, en lugar de ofrecerle ayuda, la acusaron de adulterio, y comenzaron un proceso que culminó con su lapidación en un estadio de Mogadishu ante la presencia de numerosos espectadores. En cada uno de estos casos la ley islámica (Sharia) obliga a los clérigos a procesar y penar estos casos de esta forma tan brutal.
El adulterio es apenas una de las funciones ejercidas por las sociedades musulmanas para oprimir a la mujer. Existe la mutilación genital, por ejemplo. En Egipto hace apenas tres décadas su incidencia era de 97.5% entre las familias de bajo nivel educativo y 66.2% en las restantes. También está permitida la poligamia masculina, el divorcio inmediato y sin obligaciones para el hombre y el abuso físico. A la mujer se le constriñe desde el momento en que alcanza la pubertad. Su vida está marcada por códigos estrictos de conducta, que van desde el vestido hasta el contacto social. La opresión patriarcal en el Islam está muy documentada, y busca a suprimir lo femenino de la esfera pública. A la mujer en el Islam entonces hay que extirparle su propia identidad y reducirla a un objeto para beneficio del hombre. La amenaza que significa la posibilidad de la mujer como individuo subjetivo la convierte entonces en una criminal en potencia.
Artículo completo en: LA PERSPECTIVA DE SOGOL
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Enlaces de interés:
– La vida corta y la muerte cruel de Atefeh Rajabi
Las autoridades iraníes ejecutaron a Delara Darabi el pasado viernes 1 de mayo por la mañana. Amnistía Internacional considera que su juicio fue injusto, y los tribunales se negaron a considerar nuevas pruebas que, según su abogado, habrían probado que ella era inocente del delito por el que fue acusada cuando tan solo tenía 17 años.
Los colaboradores de Amnistía Internacional queremos manifestar nuestra indignación por esta ejecución y, en particular, por no haber informado a su abogado, a pesar de la exigencia legal de hacerlo con 48 horas de antelación. Se trata de una cínica estrategia por parte de las autoridades para evitar las protestas nacionales e internacionales que podrían haber salvado la vida de Delara Darabi.
Pero no van a conseguir callarnos. Amnistía Internacional ha luchado por salvar su vida desde que su caso salió a la luz. Y lo seguimos haciendo por todos los menores que en Irán corren peligro de ejecución inminente. Es necesario seguir trabajando por los casos de Behnoud Shojaee, Mohammad Feda’i, Bahman Salimian, Naser Qasemi, Mohammad Reza Haddadi, Abbas Hosseini, y de tantas otras personas que se encuentran en peligro de ejecución en Irán acusados por delitos presuntamente cometidos cuando eran menores.
Por eso os pido que nos ayudeis a parar esas ejecuciones firmando la petición a las autoridades iraníes.
Fuente: LE BOUDOIR