Así, si uno de los mil millones de católicos mejora en sus problemas de hemorroides mientras piensa en la sagrada virgen de Maspallá, ¡milagro!. Que otro piadoso zoquete encuentra trabajo después de rogar a San Agapito, mártir del c… y virgen del p… ¡milagro!. Que un tercer descerebrado aprueba ¡por fin! esa asignatura de primero de bachillerato que lleva repitiendo desde hace más de una década ¡milagro!¡milagro!¡milagro!. En resumen, cualquier coincidencia por más banal, absurda o increíble que sea entre la azarosa realidad y los más prosaicos y vacuos deseos de sus insignificante y mediocres vidas es motivo de santo regocijo por haber despertado la gloriosa y sagrada misericordia divina para cualquier idiotizado seguidor del nazareno.
Así que entonces, sucesos como el acaecido recientemente en Italia en donde un pobre transeúnte ha muerto al ser aplastado por el derrumbe de parte de una colosal y megalómana estatura en honor al difunto papa y futuro santo Juan Pablo II (por supuesto pagada con los impuestos de todos los italianos para mayor gloria de la santa madre iglesia) sólo puede ser interpretado como un designio divino a través de la intercesión del santo encubridor de pederastas y amigo de fascistas difunto padre. Así que entonces, que ese pobre desgraciado (ateo, hereje, gay, divorciado o médico que practicaba abortos) descanse en paz en el infierno gracias a la justa y piadosa ira divina.
Durante este fin de semana, todos los medios de comunicación se ven inundados de las noticias relativas a las canonizaciones de dos papas: Juan XXIII y Juan Pablo II. Que una religión quiera honrar a sus personas más señeras parece lógico y natural – el «culto a la personalidad» es inherente a las ideologías y fes basadas en las creencias y en la adhesión inquebrantable sin atisbo de crítica -, pero que toda la parafernalia festiva, peregrinación de fieles y la asistencia piadosa de representantes de estados aconfesionales se base en «milagros médicos», roza el esperpento y el ataque a la lógica y a la razón. Pero ¿qué podemos esperar de una religión?
«Capitani fue operada en Nápoles el 30 de octubre de 1965, pero el 14 de mayo del año siguiente su estómago se perforó, provocando una grave hemorragia. El sacerdote le impartió la extremaunción. “Cuando parecía que ya quedaba poco, ella y yo – recuerda Adele – empezamos a rezar una novena y pusimos una reliquia del Papa Juan XXIII sobre la fístula”. Según contó Capitani en la memoria, “mientras estaba dormitando percibí una mano rozándome la herida y una voz que me llamaba desde atrás: ‘¡sor Caterina!’… vi de pie, al lado de la cama, al Santo Padre con un rostro muy bello y sonriente. Me dijo: ‘Caterina: han rezado tanto, tú y tus hermanas. ¡Me arrancaron del corazón este milagro! Ahora estás bien. Toca el timbre, llama a tus compañeras que están en la capilla rezando y una que otra se ha quedado dormida. Que te pongan el termómetro si no confían, pero tú no tienes fiebre. Estás sanada’”. Sor Adele recuerda cómo el timbre de la moribunda empezó a sonar como loco y cómo ella y las otras se precipitaron a su habitación y la vieron parada en la cama gritando: ‘¡estoy bien, estoy bien!’. “Nosotros pensamos que estaba alucinando. Pidió comida, ya que llevaba 12 días sin ingerir nada porque tenía el estómago lacerado”. La fístula estaba cerrada, “(El doctor) Giuseppe Zanini -cuenta Adele- sacudía la cabeza y dijo: ‘Esta monja es medio rara’. Confundido, dejó la habitación”. Zanini redactó el reporte sobre una curación que no tenía explicación científica».
El encubridor de delincuentes Ratzinger va a canonizar a la sabandija Juan Pablo II, pero eso no es noticia, ya que lo normal en la secta católica es declarar “santo” a un asesino (lo extraordinario es que haya tanta gente católica).
Para convertir a un bicho en santo, basta con descubrirle un milagro. Y para ello nada mejor que rebuscar entre las gilipolleces de la humanidad para encontrar alguna viejecita que dice haber sanado del alzheimer gracias a Juan Pablo II.
Eso sí, que el Estado Vaticano bajo el mandato de esa escoria de la humanidad facilitara los misiles Exocet a la dictadura argentina ¿no es suficiente para declarar a ese execrable Papa como “sinvergüenza mayor del reino”? La compañía Bellatrix, desde el paraíso fiscal panameño pero creada y manejada por [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] desde el Vaticano, esquivó a los servicios secretos británicos (MI6) para llevar a cabo la “Operación Pez Volador”. Con esta operación, la Santa Alianza (servicio de espionaje vaticano) consiguió comprar a Francia los misiles que luego entregaron a la dictadura argentina para su “guerra de las Malvinas”.
Fuente: Misterios al descubierto
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Enlaces de interés:
– Religiones una visión crítica y escéptica
– 10 religiones de las que usted nunca conoció de su existencia
– La web de Maco048. Noticias criminología: inquisición