Algunas zonas de Malí están controladas por islamistas socios de Al-Qaeda, que niegan la más básica libertad individual y que se atoran de sólo imaginar el concepto de libertades civiles, así que asesinaron cruelmente a una pareja que no se había casado:
Ambos fueron colocados «en dos agujeros y los islamistas los lapidaron hasta que murieron», declaró uno de los testigos, cuyas declaraciones fueron confirmadas por otra persona presente.
El primer testigo dijo que «la mujer perdió el conocimiento tras los primeros golpes», mientras el hombre «gritó una vez antes de callarse».
El segundo testigo precisó que «el hombre y la mujer tienen dos niños, el más pequeño de sólo seis meses». Según él, la pareja vivía fuera de Aguelnok.
«Fueron traídos hasta la ciudad por islamistas que les lanzaron piedras hasta que fallecieran», dijo. «La gente salió para ver lo que pasaba. Había testigos», precisó.
Una joven viuda y su hija murieron lapidadas por un grupo de hombres, armados. Las autoridades señalan como culpables a los talibanes. Dos han sido ya detenidos. Entraron en la casa de la mujer, cogieron a esta y a su hija, y les lanzaron piedras hasta que murieron. Los vecinos no ayudaron, ni avisaron a la policía. Según los testigos, los fanáticos, les acusaron de desviaciones morales y adulterio.
La situación no es extraña en la región. Ghazni es, en más de la mitad de su territorio, zona talibán. Ahí es común que los talibanes cobren extorsión a los habitantes y prohíban a las niñas asistir a la escuela, bajo amenaza de atentados. A las bodas solo asiste el novio: se cree que las mujeres hacen demasiado ruido al caminar y distraen a los hombres. Los conductores son frecuentemente golpeados y hay varios pueblos donde los representantes del Gobierno han sido decapitados.
Los talibanes también han prohibido, como cuando tenían el poder de Afganistán, el uso de teléfonos móviles, cámaras de vídeo y escuchar música: solo se permiten los cantos aprobados por ellos.
El National Post nos brinda una interesante aunque extremadamente triste gráfica donde explica el proceso que se lleva a cabo durante una lapidación. De acuerdo a Wikipedia, «la lapidación es un medio de ejecución muy antiguo, consiste en que los asistentes lancen piedras contra el reo hasta matarlo. Como una persona puede soportar golpes fuertes sin perder el conocimiento, la lapidación puede producir una muerte muy lenta. Esto provoca un mayor sufrimiento en el condenado, y por ese motivo es una forma de ejecución que se abandonó progresivamente —junto con medidas como la tortura— a medida que se iban reconociendo los derechos humanos.
Actualmente, este procedimiento está localizado principalmente en países de África, Asia u Oriente Medio donde se castiga a las personas que mantienen relaciones sexuales ilegales. La ejecución por lapidación suele llevarse a cabo estando el reo tapado por completo con una tela (para no ver los efectos), enterrado hasta el cuello o atado de algún modo mientras una multitud de personas le tira piedras. Está extendido especialmente en países musulmanes de corte social fanático-radical de aplicación de la sharia también denominado fundamentalismo islámico.
Noten como la lapidación fue diseñada específicamente para incrementar el sufrimiento de la persona. El Comité Internacional en Contra de la Lapidación cuenta como en ocasiones se acuesta a la persona en el piso mientras se cava el hoyo donde se va a colocar durante la lapidación y en ocasiones lo colocan en el hoyo para medir la profundidad y luego lo sacan para continuar cavando. Otro detalle es que la ley especifica que el tamaño de la piedra tiene que ser como el de una naranja, para que cause dolor pero no para que mate a la persona inmediatamente.
Aquí también tenemos que notar que el hoyo que se cava para la mujer es mas profundo. La ley establece que si la persona logra salir del hoyo, esta puede ir libre. La mujer, como esta enterrada hasta el pecho (el hombre solo hasta la cintura) esta en desventaja y tiene menos probabilidades de escapar.
¿Alguien me puede explicar de nuevo el beneficio de dejar que nuestro gobierno y sociedad sea regida por la religión?
Fuente: Libertad de Religión
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Enlaces relacionados:
– El gran dilema: pena de muerte o prisión perpetua o penas máximas- Marisol Collazos
El caudal de noticias que documenta la opresión, la discriminación y la explotación de la mujer en países de mayoría islámica es indetenible. Hace algunas semanas, Sakineh Mohammadie Ashtiani, una mujer de cuarenta y dos años, fue condenada por adulterio por un tribunal iraní. La sentencia era de muerte por lapidación, usando piedras lo suficientemente grandes para ocasionar un dolor intenso, pero no tan grandes como para causar la muerte instantánea. El sufrimiento hay que disfrutarlo, parece especificar esa burocracia sádica y detallista. Quizás movido por el escándalo internacional que se armó, el tribunal eventualmente ha decidido ahorcarla. El abogado defensor de la señora Ashtiani huyó del país, y ella ahí está, esperando su ejecución en un calabozo. A la mujer occidental que se le ocurra apelar por clemencia, se le tilda de prostituta, como pasó con Carla Bruni, la esposa del presidente francés.
El caso Ashtiani es apenas uno de los miles que conforman el torrente noticioso. Dos más: El año pasado, una saudí soltera de 23 años fue condenada a un año de prisión y 100 latigazos, también por adúltera (el sexo fuera del matrimonio se tipifica como adulterio, esté la mujer casada o no). Su crimen fue haber sido violada por un desconocido que le ofreció un aventón. Recordemos que en Arabia Saudita a las mujeres se les tiene prohibido conducir automóviles, así que, como se dice en Venezuela, o corren o se encaraman. En 2008 en Somalia, una niña de 13 años, que cual caperucita roja caminaba por el campo para visitar a su abuela, fue asaltada y violada por tres desconocidos. Desesperada y sangrante, ella corrió a una aldea, donde los líderes tribales, en lugar de ofrecerle ayuda, la acusaron de adulterio, y comenzaron un proceso que culminó con su lapidación en un estadio de Mogadishu ante la presencia de numerosos espectadores. En cada uno de estos casos la ley islámica (Sharia) obliga a los clérigos a procesar y penar estos casos de esta forma tan brutal.
El adulterio es apenas una de las funciones ejercidas por las sociedades musulmanas para oprimir a la mujer. Existe la mutilación genital, por ejemplo. En Egipto hace apenas tres décadas su incidencia era de 97.5% entre las familias de bajo nivel educativo y 66.2% en las restantes. También está permitida la poligamia masculina, el divorcio inmediato y sin obligaciones para el hombre y el abuso físico. A la mujer se le constriñe desde el momento en que alcanza la pubertad. Su vida está marcada por códigos estrictos de conducta, que van desde el vestido hasta el contacto social. La opresión patriarcal en el Islam está muy documentada, y busca a suprimir lo femenino de la esfera pública. A la mujer en el Islam entonces hay que extirparle su propia identidad y reducirla a un objeto para beneficio del hombre. La amenaza que significa la posibilidad de la mujer como individuo subjetivo la convierte entonces en una criminal en potencia.
Artículo completo en: LA PERSPECTIVA DE SOGOL
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Enlaces de interés:
– La vida corta y la muerte cruel de Atefeh Rajabi
La iraní Sakineh Mohammadi Ashtiani, madre de dos hijos y encarcelada en el 2005, fue condenada a recibir 99 latigazos por mantener relaciones sexuales ilegales. Peor aún, con posterioridad fue declarada culpable de una «relación extramatrimonial« y condenada a morir por lapidación. [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE].
Esta y otras barbaridades son habituales en Irán, uno de los países donde mejor queda reflejada la única utilidad pública de las religiones: idiotizar y dominar.
ENLACE a la campaña de AMNISTÍA INTERNACIONAL.
Licencia ColorIuris
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Enlaces de interés:
– Religiones una visión crítica y escéptica
– La vida corta y la muerte cruel de Atefeh Rajabi
Sería maravilloso decir que la lapidación en el mundo contemporáneo es tan sólo la mejor escena de La vida de Brian, pero ni el mundo es una película ni es maravilloso. Al menos cuatro de los 58 países que mantienen la pena de muerte han practicado en los últimos años esta modalidad de ejecución, la más «extrema de trato cruel que ya es la pena de muerte porque su objetivo es prolongar el dolor», explica Alfred Cerdán, portavoz de Amnistía Internacional. El castigo, para quienes no hayan visto ninguna de las [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE], consiste en semienterrar al condenado -preferentemente mujer- y apedrearlo hasta la muerte. Como los hombres tienen la desgracia de poder soportar golpes fuertes sin perder el conocimiento, la muerte es muy lenta. Si el pobre diablo logra escapar a su jauría de verdugos, se le perdona la vida. En algunos países, el reo no ve lo que está pasando, porque tiene la cara tapada con una capucha.
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La palabra de un hombre por la de dos mujeres
Para justificarla, en menos de una docena de puntos del mundo -Somalia, Irán, Sudán, el norte de Nigeria, Pakistán, Afganistán, Emiratos Árabes, Arabia Saudí, una provincia de Indonesia y Yemen- se siguen invocando hoy en día [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE], aunque el Corán no dice ni media sobre el asunto. La sharía condena a muerte a pedradas a casados, separados, divorciados hasta a viudos que tengan relaciones extramatrimoniales -qué es adulterio y qué no lo decide el tribunal islámico de turno-. El delito debe probarse por la confesión repetida del acusado o el testimonio de cuatro testigos varones (o de tres hombres y dos mujeres). Esta misma ley castiga el robo con la amputación de las manos y la «fornicación» fuera del matrimonio, la homosexualidad y el consumo de alcohol con cien latigazos.
Muchos de esos países la contemplan en sus legislaciones estatales o locales pero no la aplican desde hace años y otros son estados fallidos directamente sin ley en los que campan tribunales islámicos y sentencias sin juicio. AI sólo tiene constancia de casos recientes en Nigeria, Somalia, Indonesia e Irán. En Indonesia se limita a una provincia con cierta autonomía, Aceh, situada en el extremo norte de la isla de Sumatra. La Cámara de Representantes provincial promulgó en septiembre de 2009 una ley local que recoge este castigo para los adúlteros, aunque contraviene la Constitución y el criterio del Gobierno indonesio. Esta situación es «muy preocupante» para AI porque supone «un rebrote» de este comportamiento salvaje que hay que erradicar. La buena noticia es que «no hay constancia» de que se haya llevado a cabo ningún apedreamiento de momento, aunque es complicado certificarlo por el «secretismo» que lo rodea. En Somalia e Irán son igualmente «difíciles de documentar» ya que en el primer caso sólo existe algo parecido a un gobierno en Mogadiscio, con [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] y, en el segundo, «las lapidaciones pueden ser «secretas o públicas y no existe una estadística oficial de penas de muerte».
Informe completo en: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]
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Enlaces relacionados:
– La web de Maco048. Noticias criminología: pena de muerte
– La vida corta y la muerte cruel de Atefeh Rajabi. Islam
– El gran dilema: pena de muerte o prisión perpetua o penas máximas. Marisol Collazos Soto