Pues sí, si no es una pseudociencia es cuando menos una doctrina con muchísimas afirmaciones pseudocientíficas.
Me explico: el marxismo pretendió describir el desarrollo de todos los procesos universales (materialismo dialéctico) y de la historia en concreto (materialismo histórico), con una serie de leyes obtenidas mediante la argumentación escolástica, que nunca sometió a prueba, que nunca pasaron por ser hipótesis a comprobar. Lo que sabemos hoy es que algunas observaciones muy agudas de Marx (como el cambio cualitativo como resultado de los cambios cuantitativos) son filosoficamente estimulantes pero no tienen el grado de ley científica.
Marx se equivocó. Decir esto todavía es tabú, pero es un hecho. La historia no se mueve como él decía, la realidad es distinta, su materialismo resultó idealista. Una pena. Esto no anula para nada ni la aportación de Marx a la filosofía ni mucho menos su aportación al estudio de la economía, que no niegan ni los más lerdos del Tea Party. Pero por supuesto que el marxismo, el materialismo dialéctico o el histórico, no son «científicos», como creyó Marx y se hartaron de decir los líderes de países «comunistas» mientras promovían (y promueven) la anticiencia, se trate de Lysenko o de Ulises Sosa.
Toda ideología política no sustentada en datos de la realidad, en el mejor conocimiento científico disponible, podría considerarse una religión política, incluso una religión secular. Cuando el neoliberalismo afirma que «la empresa privada es por definición mejor gestora que el sector público» está enunciando un dogma no comprobado y del cual hay excepciones suficientes como para poder decir que es falso. Cuando el neoconservatismo señala que los pobres lo son «porque quieren» está asumiendo que se parte de condiciones iguales, lo cual también es una creencia demostrablemente falsa.
Curiosamente, son los adeptos de otras religiones políticas los que suelen acusar al marxismo (y en general al socialismo y a la izquierda) de ser religiones políticas. Lo evidente es que tanto el marxismo como otras formas de pensamiento sociopolítico han sido asumidas como religiones por sus militantes. Y allí dan igual de miedo todos, no por sus ideas, sino por ser cerrados y fanáticos, y generalmente bastante poco dados al diálogo y menos a cambiar sus opiniones si los datos los contradicen.
Otras religiones políticas o seculares que se me ocurren ahora son el ecologismo, el alternativismo en general, la contracultura, la anticiencia y toda la vision posmoderna.
Fuente: elnocturno