El fundador de la Escuela Escéptica de Chile ha explicado una veintena de momentos en los que se ha anunciado el fin del mundo y éste no ha llegado.
Los años son tan diferentes como las razones, y en muchas ocasiones han mezclado ámbitos tan diferentes como las matemáticas y la religión, o la historia con la astronomía, como informa lun.com. Pasen y vean:
643 a.n.e.. Durante el Imperio Romano juraban que algún día de ese año el mundo se acabaría. Hay pocos detalles sobre las razones. Pero poco o nada cambió.
70 d.C. Los años durante los que se tomó Jerusalén, también era para muchos judíos y cristianos el fin del mundo.
90 d.C. La fecha que puso el Papa San Clemente al Apocalipsis.
500. El teólogo cristiano San Hipólito de Roma decía que ese año se produciría la segunda venida de Cristo, basándose en las dimensiones del Arca de Noé.
800. En Europa se pensaba que esa fecha marcaría 6.000 años de vida en La Tierra y el fin de la misma. Según sus cálculos el comienzo se había producido en el 5.200 a.C. por lo que debería haber ocurrido entonces. Tampoco.
1033. Algunas corrientes del cristianismo asumían que la vida en la Tierra terminaría 1.000 años después de la muerte de Jesús. Quizá en 2033 se diga al similar.
1186. La llamada ‘Carta de Toledo’ animaba a todos los europeos a esconderse en cuevas y montañas. Aquél año también habría ocurrido una importante alineación planetaria. Pero nada cambio para los mortales.
1524. Estuvo “cerca”. Un astrólogo alemán había dicho que el 20 de febrero de ese año el mundo se terminaría. Aunque no fue aí, el susto se lo llevaron en varias ciudades alemanas, en las que el cielo se oscureció… y llovió.
1533. El matemático Michael Stiefel hizo sus cálculos. Un análisis numérico de la Biblia le dijo que el Apocalipsis llegaría el 19 de octubre. Negativo.
1874. Ese fue el año en el que por primera vez, los testigos de Jehová de EEUU anunciaron el fin de nuestra existencia. Luego le cogieron el gusto.
1892-1911. El astrónomo Piazzi Smyth prefirió ser algo menos preciso. Según sus cálculos en función de la pirámide egipcia de Giza, la segunda aparición de Cristo se debía producir entre esas fechas. ¿Alguien le ha visto?
1910. El cometa Halley hizo una de las suyas. El 18 y el 19 de mayo pasó cerca de la Tierra y dejó una atmósfera rara. Muchos creyeron que era un gas venenoso que terminaría con la especie humana.
1914. Los testigos de Jehová anuncian una segunda fecha.
1975. Y otro. Tercer anuncio de los testigos. Ésta fue la última vez que anunciaron una fecha para el final de la existencia y de manera independiente.
1997. La secta ‘Puerta del Cielo’ hace un suicidio colectivo el día 26 de marzo. Las 38 personas creían que un OVNI vinculado con el cometa Hale-Bopp les rescataría. La teoría se quedó en tragedia.
1999. El momento de Nostradamus. Varios investigadores afirmaban que el 9 de septiembre de ese año (9/9/99) el mundo acabaría.
2000. El (no) efecto 2000. Los cambios de milenio suelen ir acompañados de un poco de temor y paranoia generalizada. Aquella vez, EEUU y Europa tomaron la voz cantante. Sin embargo, todos los aparatos electrónicos entendieron que después del 1999 va el 2000.
2003. Nancy Lieder afirmaba que los habitante de la estrella Zeta Reticuli le habían dicho que en mayo, el planeta Nibiru impactaría contra la Tierra. Al no pasar nada, cambió la fecha para el 21 de diciembre de 2012.
2011. El cometa Elenin debería haber chocado contra la Tierra el 23 de noviembre de ese año. Pero antes de llegar se desintegró, como explicó su descubridor antes de que llegara el día.
2011. El periodista radiofónico Harold Camping afirmaba que el 21 de mayo de ese año los teremotos y otros fenómenos destruirían la Tierra. No pasó nada y cambio la fecha al 21 de octubre. Y tampoco.
2012. Calendario maya. Hay quien interpreta que el calendario maya se temina el 21 de diciembre y con él toda la existencia. Otros dicen que es una fecha aproximada y que el fin del calendario solo implica que la cuenta vuelve a empezar. Un fin, sí, pero también un principio.
Mirando hacia 2030. Isaac Newton dijo que el final de la vida llegaría 1260 años después de la fundación del Imperio Romano. Vamos, que si sobrevivimos al 21 de diciembre, ya podemos apuntar en la agenda la próxima fecha clave.
Fernado Frías es chileno y tiene 57 años. Es profesor de Historia de la Ciencia en un colegio y autor del libro “El ser humano: historia, religión y ciencia”. Tiene un blog que se llama ‘Ateos Tolerantes’ y es un firme opositor de las teorías apocalípticas.
Los mayas utilizaron un eje corto de madera como arma en las batallas, enviando dardos hacia los atacantes de entrada a velocidades increíbles. No podía haber sido impulsada por la pólvora, pero seguía siendo una herramienta eficaz de asesinato.
Aunque simple en su diseño, la hul’che producía resultados precisos y mortales. Echemos un vistazo a un ingenioso uso temprano de la tecnología para mejorar la eficiencia de la caza, otras civilizaciones desarrollaron dispositivos similares, y los usos modernos de hul’che.
Rápido y mortal
Un dispositivo muy simple, el hul’che es un eje de madera con una fresa en la punta que soporta el extremo de un dardo o flecha. El dispositivo se asemeja a una rama ahorquillada, y es muy posible que un palo arrancado de la tierra se convirtiera en el primer hul’che.
Los mayas utilizaban hul’che para tomar ventaja del apalancamiento adicional obtenido de un movimiento por encima de la cabeza para aumentar la cantidad de fuerza aplicada en una flecha o dardo. Basándose en la colocación de los dedos y el movimiento de un lanzador experto, el hul’che vio su uso en la caza y combate cuando los mayas lucharon contra los sistemas políticos más cercanos. Tanto hombres como mujeres mayas utilizaron el hul’che para la caza.
Recreaciones modernas de la hul’che puede arrojar dardos de más de 250metros a una velocidad de más de 150 metros por segundo, con distancias habituales de 150 metros para un lanzador promedio.
Un arma, muchos nombres
Un arma similar a la hul’che aparece en varias culturas. Los aztecas usaron un arma casi idéntica, el atlatl, un dispositivo cada vez más popular entre los cazadores deportivos modernos. El atlatl término náhuatl se utiliza hoy día para el dispositivo de madera, independientemente de su origen.
Variaciones en francés, español y alemán se conocen, con ejemplares muy viejos que hacen uso de cuernos de reno para crear una fresa de conexión a un dardo. Si el atlatl / hul ‘che es el producto de descubrimiento independiente por parte de varios grupos de personas separados por continentes o un ejemplo de transmisión de la información temprana entre los grupos es desconocido. Personalmente, me inclino hacia el descubrimiento independiente debido a la creación de dispositivos similares, relativamente simples. Los aborígenes australianos también utilizan un arma similar a la hul’che para la caza, la Woomera, lo que apoya más la posibilidad del descubrimiento independiente.
Uso moderno
El atlatl / hul ‘Che está ganando popularidad entre los aficionados que recreana rmas antiguas con el fin de estudiar su éxito, junto con estudiantes universitarios en busca de un deporte de competición inusual. Varios campeonatos se llevan a cabo en América del Norte, con algunas reseñas a los estados que permiten el uso de la hul’che en la caza tradicional.
En algún estado, una ley recientemente aprobada, se permite la caza de ciervos con un atlatl / hul ‘che. No estoy seguro de que será la caza de ciervos en el futuro (a menos que algún imprevisto traiga el apocalipsis), pero si tuviera que hacerlo, podría crear un hul’che muy rápido de algunas ramas y un cuchillo. Hacer los dardos sería la parte difícil – mi hul’ches.
Fuente: io9