Hay quienes desmontan electrodomésticos y con sus piezas crean armas, como es el caso del ucraniano Kreosan con el magnetrón de un horno microondas, que ha sujetado a un palo, usando una lata metálica como antena direccional. Con esta rudimentaria (y hasta cierto punto ridícula arma), sin embargo, no solo consigue crear interferencias en una radio o encender luces a distancias. También hace explotar alguna cosa.
El secreto refuerza el aire de fantasía que rodea el desarrollo de armas de microondas de alta potencia, pero tras 50 años de investigación los militares del Pentágono, EE.UU., aún no han logrado un arma útil. En octubre de 2007, en Quantico, Virginia, hubo una demostración de un prototipo de arma no letal para controlar multitudes que emitía un haz de microondas a 95 GHz (una radiación que penetra menos de un milímetro en la piel); se suponía que provocaría una sensación incómoda de calor sin causar ningún daño permanente. Pero el tiempo meteorológico no acompañó (el día fue frío y lluvioso) y los voluntarios que sufrieron en sus propias carnes el arma de microondas en lugar de huir se sintieron reconfortados con el calorcito que recibieron.
En marzo de 2012 se volvió a repetir la demostración, con mayor éxito, lo que no quita que muchos críticos se pregunten para qué invierte el Pentágono en una tecnología armamentista inútil. Por supuesto, hay quien se beneficia de estas inversiones. Ingenieros de la Universidad Técnica de Texas, Lubbock, EEUU, han desarrollado un dispositivo de dos metros de largo y 16 centímetros de diámetro capaz de emitir pulsos de microondas de alta potencia (gracias a la financiación del proyecto CHAMP, por High-power Microwave Advanced Missile Project). La idea es instalarlo en un misil de crucero, pero todavía no han logrado este último paso. El problema es sencillo, cuando se pone en marcha el “arma” se carga toda la electrónica del misil. Meterse un gol en propia portería no parece muy útil.
Pero la duda corroe la mente de los militares; países como Rusia, China e incluso Irán afirman que están trabajando en esta tecnología, así que los estadounidenses tienen que invertir en ella aunque parezca pura fantasía y los investigadores hábiles recabando dinero se aprovechan de estos miedos colectivos. Nos lo cuenta Sharon Weinberger, “Microwave weapons: Wasted energy,” Nature 489: 198–200, 13 September 2012. El artículo técnico de los ingenieros de Texas es M. A. Elsayed et al., “An explosively driven high-power microwave pulsed power system,” Review of Scientific Instruments 83: 024705 (2012). También conviene consultar Surender Kumar Sharma et al., “Note: Compact helical pulse forming line for the generation of longer duration rectangular pulse,” Review of Scientific Instruments 83: 066103 (2012).
Uno de los sectores que más fondos emplea en investigación y desarrollo, es el sector militar y de defensa que emplea grandes partidas presupuestarias en el desarrollo de nuevos sistemas, armas, vehículos o, incluso, robots.
El Cuerpo de Marines de Estados Unidos ha presentado en sociedad el Active Denial System (ADS), un nuevo arma “no letal” que dispara un haz de microondas, hasta 1000 metros de distancia, que provoca un calentamiento sobre el objetivo tan molesto que hará huir al objetivo a repeler y que llevan desarrollando desde hace ya algunos años.
Presentado el viernes en la base de los Marines en Quantico, en el Estado de Virginia, el ADS es el último proyecto de armas “no letales” de Estados Unidos con el que pretenden disolver “objetivos hostiles” a distancia, evitando el enfrentamiento y de manera discreta. Según el Coronel Tracy Taffola, uno de los responsables del programa de armas no letales del Pentágono:
No lo verás, no lo oirás, no lo olerás, simplemente lo sentirás.
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Raytheon (empresa en la que Percy Spencer ideó el horno de microondas) ha invertido años de trabajo y muchos millones de dólares en lograr que su famoso «rayo del dolor» es un dispositivo desagradable y a la vez inocuo, y tras haber recibido el visto bueno de las autoridades estadounidenses, lo comercializa a clientes interesados en una forma de mantener a raya toda clase de elementos supuestamente indeseables.
Raytheon ya tiene un comprador para el Silent Guardian (rayo del dolor), algo que ha sido comunicado durante una conferencia de la OTAN sobre tecnologías contra la piratería; un ámbito en el que este dispositivo de 4500 kg podría valer su peso en oro. Funciona emitiendo radiación de microondas con potencia de 30 kW que genera un dolor insoportable en seres humanos, casi como si te estuvieran quemando vivo. A diferencia de lo que puede suceder con porras y pelotas de goma, el Silent Guardian no deja secuelas físicas permanentes, y además, es omnidireccional pues basta con conectar dos antenas al camión de transporte (como los «routers» wifi de uso doméstico), y puede cubrir un radio de casi 360º, actuando sobre cualquier persona a 250 metros de distancia.
Otra lugar de instalación será la cárcel del condado de Los Ángeles en Costaic (EE.UU.). Allí, recientemente, se produjo un motín que duró más de una hora y dejó más de 20 personas heridas, por lo que sus responsables han decidido atajar el problema por la vía rápida, instalando un Silent Guardian en el techo de una de las zonas dormitorio que «freirá» con sus ondas a frecuencias de microondas a cualquier interno díscolo.
Enlaces de interés:
– ¿El microondas quita vitaminas y nutrientes a los alimentos?
– Apuntes Introducción a la Informática.GAP. UMU. Redes y comunicaciones
– Apuntes Introducción a la Informática. GAP. UMU. La Información