No han pasado ni cincuenta días y lo más rancio del conservadurismo ya empieza a ser plasmado en el Boletín Oficial del Estado. Me fijaré sólo en algunos puntos ya desarrollados.
El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha vuelto a dar una muestra más de que la educación es irrelevante para la vida del país, al copiar lo que le dice el extremismo de la FAES de Aznar, y la conferencia episcopal. Le educación es un ámbito donde los poderes eclesiásticos más están batallando ideológicamente. Hoy, el sistema educativo español está dirigido por organizaciones tan extremistas como los kikos, el Opus Dei, los Legionarios de Cristo…. Es el enésimo ministro de Educación que plantea reformas educativas sin saber lo que realmente plantea, salvo porque se lo dictan, haciendo pura y dura ideología, donde la educación solo sirve para defender su dominio de clase.
Muchos estamos hartos de decir, que este país necesita un consenso generalizado en educación, con un proyecto claro y duradero y que vaya acompañado de la financiación correspondiente. Nos propone el cambio de 4º de la ESO, por un año más de Bachillerato. Si éste y otros personajillos preguntaran a los docentes, dejarían de hacer tantas tonterías. Si el problema educativo del país es Educación para la Ciudadanía, para esto sobra el ministerio de Educación. Wert usa una argumentación para desacreditarla, que produce sonrojo. Aquí el único sistema de adoctrinamiento existente en educación son “los idearios de centro” de la privada y esos Wert no los toca.
Por otro lado, José Miguel Soria, ministro de Industria, ha alargado la nuclear de Garoña. Esta central cumplió 40 años de funcionamiento en 2011, que es para lo que estaba diseñada. Tenía permiso de funcionamiento hasta el año 2013, y llega el tal Soria y la alarga hasta 2019, el negocio es el negocio. Garoña es conocida como la central de las mil grietas, con una tecnología absolutamente obsoleta, que en caso de incidente nuclear serio no tendría agua suficiente, porque el río Ebro no tiene caudal para ello. A pesar de todas estas graves carencias, se le alarga la vida útil. En el tema de las nucleares no sigue a su admirada Merkel, sino que defiende los intereses de Iberdrola y Endesa.
En nombre de la modernidad, se hace una moratoria a las energías renovables, donde somos una potencia industrial importante y nos volvemos al obsoleto carbón, para así seguir incumpliendo el tratado de Kyoto y como consecuencia paralizar la producción en energías renovables, impidiendo seguir invirtiendo en el I+D+I en estas energías. Para el PP lo único importante es la cuenta de resultados de Iberdrola y la italiana Endesa.
El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, conocido por su incompetencia, lo cual queda reflejada en su última intervención en el Parlamento donde se demostró que no sabe leer y debe aprender a vocalizar. Ya fue ministro con Aznar y fue el que dijo “que el trasvase del Ebro se hacia por cojones”.
Ahora nos amenaza nuevamente con dos temas, por un lado, con resucitar un nuevo Plan Hidrológico Nacional, es decir volver a las andadas de un trasvase del Ebro, con dos lemas demagógicos “agua para todos” y “solidaridad hídrica entre regiones”. Amenaza a las regiones, que discrepen con él, con no hacerles ninguna obra, es decir ya vuelve el testicular Cañete.
Su segunda propuesta es hacer una profunda revisión de la ley de costas, con la intención de favorecer nuevamente el ladrillo especulativocostero como forma de desarrollo, después de sufrir el desastre de nuestras costas, siendo esto censurado por la muy conservadora Unión Europea, que lo califica de desastre. Nos propone profundizar en el caos actual sin cuidar mínimamente los criterios medioambientales, todo ello con los calificativos de progresista y avanzado.
El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, al que se le calificaba de moderado, nos sale con una modificación de la ley del aborto, que nos retrae a 1985, con una indefensión de mujeres y médicos de lo más injusto, y encima se descuelga diciendo que es lo más progresista que ha hecho. Plantea una justicia a dos velocidades, la de los ricos que se la pueden pagar y la de los pobres, que nunca irán por no podérsela pagar. En consecuencia podemos decir que será el ministro de la Justicia injusticiada.
En la misma línea, va la renovación del poder Judicial. Ruiz Gallardón pasará como el ministro que se cargo una justicia independiente y para todos, en beneficio y lucro de unos pocos.
Siguiendo la misma estela, va la ministra de Sanidad, Ana Mato, dificultando el empleo de la píldora del día después o con los proyectos de privatización de la sanidad, deteriorando la pública por medio de recortes y conciertos con las entidades privadas.
Dos son las características del gobierno de Rajoy, por una parte está formado por hombres provenientes de la tecnocracia neoliberal bancaria como Guindos, Morenes (empresario de armas) y por otro lado, el llamado clericalismo ultraconservador de grupos como el Opus Dei, los kikos , legionarios de Cristo…
Si vamos a los segundos escalones de la administración, se ve muy claro este predominio. La derecha hace el discurso de que la ideología es una antigualla a eliminar y que todo debe hacerse con sentido común. El error de la izquierda, es que se lo ha creído, pero en realidad lo que vemos es que el gobierno de Rajoy es de una ideología neoconservadora y nos está volviendo a imponer su modelo pacato y rancio de la caridad cristiana propio del siglo XIX.
Autor: Edmundo Fayanas Escuer | Profesor y licenciado en Historia
Fuente: nuevatribuna.es
En cierta ocasión José Solís Ruiz, ministro de Trabajo durante el régimen franquista y natural de Cabra (Córdoba), le discutía al político y rector de la Universidad Complutense, profesor Muñoz Alonso, para qué servía el latín. El profesor le respondió:
Por de pronto, señor ministro, para que a Su Señoría, que ha nacido en Cabra, le llamen egabrense y no otra cosa.
Y volviendo al título de este post, vamos a servirnos de la etimología, y el latín, para explicar por qué cualquiera puede ser ministro pero no maestro.
El término maestro deriva de magister y este, a su vez, del adjetivo magis que significa máso más que. El magister lo podríamos definir como el que destaca o está por encima del resto por sus conocimientos y habilidades. Por ejemplo, Magister equitum (jefe de caballería en la Antigua Roma) o Magister militum (jefe militar).
El término ministro deriva de minister y este, a su vez, del adjetivo minus que significa menos o menos que. El minister era el sirviente o el subordinado que apenas tenía habilidades o conocimientos.
Por tanto, queda demostrado que para ser ministro no hace falta ser… nada.
Fuente: Memoria de la Historia – Carlos Fisas
La toma de posesión de su cargo por parte del nuevo Presidente del Gobierno, D. Mariano Rajoy, y de los ministros entrantes, como ha venido ocurriendo desde que se aprobó la Cosntitución, vulnera el principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado, sus instituciones y sus representantes, al haberse efectuado ante símbolos confesionales (en concreto, un crucifijo católico y un libro considerado sagrado en el judeocristianismo) y mediante un juramento igualmente de signo confesional.
El Estado de un país realmente democrático ha de garantizar el ejercicio pleno de los derechos y las libertades en total libertad e igualdad de condiciones, sin discriminación ni privilegios a ningún sector privado de la ciudadanía. En este marco, las instituciones y los representantes de un país realmente democrático han de garantizar el cumplimiento del derecho fundamental de la libertad de conciencia, que atañe a toda la ciudadanía por igual.
El derecho universal a la libertad de conciencia de la ciudadanía ampara, respeta y es garante de las opciones ideológicas, organizaciones y asociaciones pertenecientes al ámbito privado de la ciudadanía (del que forma parte la libertad religiosa y de culto). Por ello mismo, Europa Laica declara que el Estado y sus instituciones deben poner incondicionalmente de manifiesto que su ámbito de competencia y acción es exclusivamente el público, común a toda la ciudadanía, debiendo abstenerse de que lo público se vea invadido o contaminado por actos, creencias, símbolos y ritos de carácter confesional, vulnerando así también el principio constitucional de igualdad de todos los ciudadanos, sin discriminaciones o privilegios democráticamente injustificables.
Por otro lado, dado que la actual Jefatura del Estado, la corona española, además de parlamentaria, arrastra abiertamente la tradición de autoproclamarse católica y estar impuesta por el régimen anterior a 1976, aunque en su día llegara a formar parte del consenso constitucional de una parte de los políticos de la época, Europa Laica considera que ha pasado ya suficiente tiempo para que el pueblo y la ciudadanía, en quienes reside la soberanía, tengan la oportunidad efectiva de decidir democráticamente la forma de Estado, aún más si nos atenemos a la opacidad de la institución, a su carácter hereditario, y a su carácter fácticamente confesional. De esta forma, en un considerable número de actos institucionales (entre ellos, presidir la toma de posesión de los miembros del Ejecutivo español) se vulnera igualmente el principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado y de sus instituciones (en este caso, del Jefe del Estado mismo).
Europa Laica rechaza, en fin, que cualquier acto público institucional por parte de las instituciones y los representantes del Estado vulnere sistemáticamente el principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado, el derecho fundamental de libertad de conciencia de toda la ciudadanía y el principio constitucional de igualdad, sin discriminación alguna.