Apreciado Bernie Grant, parlamentario:
«Quemar libros -dijo usted en la Cámara de los Comunes exactamente un día después de la fetua– no es una gran preocupación para los negros». Las objeciones a semejantes prácticas, afirmó, daban prueba de que «los blancos querían imponer sus valores al mundo». Recuerdo que muchos líderes negros -el doctor Martin Luther King, por ejemplo- fueron asesinados por sus ideas. El perplejo observador pensaría, por tanto, que eso de exigir el asesinato de un hombre por sus ideas sería para un parlamentario negro algo aterrador. No obstante, usted no plantea ninguna objeción. Usted representa, señor mío, la cara inaceptable del multiculturalismo, su deformación en una ideología de relativismo cultural. El relativismo cultural es la muerte del pensamiento ético, es dar apoyo al derecho de los sacerdotes tiránicos a tiranizar, de los padres despóticos a mutilar a sus hijas, de los fanáticos a odiar a los homosexuales y a los judíos, porque hacerlo forma parte de su «cultura». El fanatismo, los prejuicios y la violencia o la amenaza de violencia no son «valores» humanos. Son prueba de la ausencia de dichos valores. No son las manifestaciones de la «cultura» de una persona. Son indicativos de la falta de cultura de una persona. En asuntos tan vitales, señor mío, por citar al gran filósofo monocromo Michael Jackson, da igual si eres blanco o negro.
Algunas zonas de Malí están controladas por islamistas socios de Al-Qaeda, que niegan la más básica libertad individual y que se atoran de sólo imaginar el concepto de libertades civiles, así que asesinaron cruelmente a una pareja que no se había casado:
Ambos fueron colocados «en dos agujeros y los islamistas los lapidaron hasta que murieron», declaró uno de los testigos, cuyas declaraciones fueron confirmadas por otra persona presente.
El primer testigo dijo que «la mujer perdió el conocimiento tras los primeros golpes», mientras el hombre «gritó una vez antes de callarse».
El segundo testigo precisó que «el hombre y la mujer tienen dos niños, el más pequeño de sólo seis meses». Según él, la pareja vivía fuera de Aguelnok.
«Fueron traídos hasta la ciudad por islamistas que les lanzaron piedras hasta que fallecieran», dijo. «La gente salió para ver lo que pasaba. Había testigos», precisó.
Los trabajadores sociales de un pueblo al norte de Londres consideraron enviar a un niño al Congo para que fuera víctima de un exorcismo.
En el proceso, pagaron £ 4.000 libras esterlinas para que un consultor fuera y les dijera lo que yo les habría dicho gratis:
El niño, cuya familia era de África, había sido llevado a los cuidados infantiles por el consejo de Islington en el norte de Londres.
Su madre, que ya no tenía la responsabilidad sobre el niño, pidió que fuera enviado a la República Democrática del Congo para su «redención».
La familia del muchacho dijo que esto era necesario porque creían que estaba poseído por «kindoki» o espíritus malignos.
Los funcionarios de los servicios sociales de Islington le pagaron entonces más de £ 4.000 a un experto para que viajara a África a investigar.
…
El Dr. Hoskins dijo que antes de su viaje, algunos funcionarios de Islington había estado «conscientemente de acuerdo a la solicitud» para el exorcismo.
Hablando en una conferencia ayer, dijo que el caso demuestra cómo los funcionarios en el Reino Unido eran reacios a desafiar el maltrato de los niños cuando se comete bajo el disfraz de «prácticas religiosas o culturales».
«Este problema es acerca del fracaso subyacente para abordar el abuso cuando se enmascara detrás del multiculturalismo», dijo. «Tememos a la tendencia en la que al parecer, las sensibilidades podrían verse afectadas».
Durante su visita a Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, en el 2005, el doctor Hoskins se reunió con los abuelos del niño en el centro de la ciudad. Ellos le dijeron que el niño había sido «infectado por brujería», mientras estaba en el Reino Unido y que él «los destruiría a todos».
La redención que el niño iba a sufrir habría implicado pasar hambre le de alimentos y líquidos durante tres días.
Al final del período de ayuno, estaría rodeado por el equipo de redención quienes orarían sobre él y le ordenarían al espíritu maligno que fuera expulsado del niño. Cuando la redención se lleva a cabo, el niño vomita el «pan de brujería» que lo ha estado infectando.
El Dr. Hoskins también se reunió con el pastor de la iglesia pentecostal a la que van los abuelos, quien advirtió que si los espíritus malignos no eran tratados, ellos causarían «conflictos, enfermedad, divorcio, dificultades, pobreza y la muerte».
El pastor dijo que el muchacho tendría las herramientas de hechicería con las cuales hacer magia, como espejos, cepillos, palos y cadenas, y advirtió que estos tendrían que ser confiscados.
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El multiculturalismo, a pesar de ser la receta ideal para las más aberrantes violaciones de derechos humanos y amputación de libertades, está consagrada en la Constitución de Colombia (al fin y al caboBanana Republic).
Gracias al caso de Francisco Rojas Birry se puso de manifiesto a nivel nacional el privilegio religioso del que gozan las comunidades indígenas. Ahora, en unamagnífica columna, Uriel Ortiz Soto hace un llamado a acabar con la jurisdicción indígena. Estas son algunas perlas:
Nos hemos olvidado que nuestros indígenas, son sujetos de Derecho, puesto que están dentro del mismo Territorio y por lo tanto son ciudadanos que deben gozar de todas las protecciones legales, de justicia, salud, educación, vivienda digna con servicios públicos básicos y seguridad social en general por parte del Estado. Pero, que se les autorice aplicar su propia justicia, mediante Norma Constitucional, es todo un adefesio jurídico que debe corregirse en el menor tiempo posible.
…
Los indígenas nos castraron la forma de pensar y protestar frente a los aberrantes casos que cometen con sus costumbres ancestrales, para castigar a sus súbditos. Son varios los homicidios que se han denunciado con estas prácticas, como: las fueteras, los cepos, los destierros, los ayunos obligados y en fin, toda una serie de arbitrariedades en nombre la Constitución y la Ley de la República de Colombia. Estas aberraciones se ven con frecuencia por algunos noticieros de televisión, castigos que se aplican por la comisión de faltas que muchas veces en nuestro medio no alcanzan la categoría de infracciones de Policía.