Los niños no registrados son vulnerables a prácticas como el tráfico de personas, la prostitución y la explotación laboral.
Todos somos hijos del Estado
Es una buena noticia que Unicef, el BID y la OEA hayan firmado, el 8 de agosto, un convenio para impulsar el registro civil de todos los niños que nacen en América Latina. Es una esperanza para dos millones de recién nacidos, especialmente los más pobres, que en este continente cada año se van de los hospitales -cuando nacen en ellos- sin registrarse.
Algo grave, porque esos pequeños crecen sin existencia legal reconocida, incluso sin nacionalidad o un nombre registrado. Y sufren no solo mil dificultades para acceder a los servicios de salud y educación, y hasta para heredar, sino que son los más vulnerables a la adopción ilegal, a ser explotados laboralmente o a caer víctimas del tráfico de personas y la prostitución. Todo porque para los Estados, oficialmente, esos inocentes no existen.
Latinoamérica tiene las tasas más altas de registro en el llamado mundo en desarrollo, muy por encima del sur de Asia, donde solo se registra al 30 por ciento de los niños. Pero, aun así, 18 por ciento de los niños de la región no se registran. Hay grandes desigualdades entre países: Cuba y Chile tienen un registro casi universal, en tanto que Dominicana, por ejemplo, no registra una cuarta parte de sus recién nacidos. Colombia está en un rango alto (91 por ciento registrados), pero las diferencias entre el campo (84 por ciento) y la ciudad (95 por ciento), entre ricos y pobres y entre estratos con educación o sin ella son muy grandes.
De los 715000 niños que nacen al año, cerca de 65000 no se registran. Multiplicar esto por diez o quince años basta para ver la colosal magnitud del problema.
La ley ordena que clínicas y hospitales ofrezcan los servicios de registro civil de nacimiento. Un énfasis particular de esta loable campaña y de la Oficina de Registro Nacional está dirigido a reforzar el registro entre la población desplazada y la que vive en zonas de conflicto armado, donde los índices son los más bajos.
Así, se procura fortalecer las capacidades de registrar a los niños en clínicas y hospitales de 14 de los 32 departamentos. Una iniciativa que debe contar con todo el apoyo. El Estado colombiano debe dar ejemplo de que todos los niños son sus hijos.
Fuente: ElTiempo.com.co