os datos del Informe Mundial sobre Drogas 2010 realizado por las Naciones Unidas son más preocupantes si cabe que en años anteriores.
Se estima a nivel mundial que han usado alguna sustancia ilícita entre 155 y 250 millones de personas (3,5-5,7% de población 15-64 años) siendo la mayor parte de ellos consumidores de cannabis. Pero lo más importante es calcular cuántos de estos son consumidores problemáticos, a cuántos el consumo les ha supuesto problemas socio-sanitarios, son adictos o ADVP. Aunque no hay acuerdo para definir a este colectivo es razonable pensar que la mayoría de recursos irán destinados a ellos.
En España, como en Reino Unido, EE.UU. y Australia existen datos de consumo desde hace tiempo, lo que nos permite ver la tendencia evolutiva, ya que los cambios a corto plazo no resultan relevantes. Estas tendencias a largo plazo nos dan a entender que el núcleo del problema no cambia rápidamente, por lo que a la hora de lanzar campañas contra el consumo de drogas hay que tener muy en cuenta una estrategia a largo plazo.
Los consumidores de opiáceos, cocaína, anfetamina y metafentamina, así como las inyectables, suponen el núcleo de los consumidores problemáticos (sea cual sea la definición). Pero además tienden a ser usuarios crónicos con una alta tasa de comorbilidad médico-psiquiátrica y marginación social. Hoy por hoy resulta innegable una clara asociación entre consumo de drogas, pobreza y exclusión social, aunque no está claro el sentido de la misma ¿la pobreza viene antes o como consecuencia?
España es el tercer consumidor de drogas a nivel mundial tras Italia y Reino Unido. La droga más usada sigue siendo el cannabis (10,1% de prevalencia anual) aunque con una curva descendente en los últimos años después de que su consumo se disparara a principios de esta década. Tal vez más preocupante es que el consumo de cocaína sigue creciendo (3,1%) y también el de anfetamina (1,1%).
Los ocho países con mayor consumo de drogas. Modificado de Information is Beautiful
En cualquier caso, lo alarmante es comprobar que si analizamos quiénes encabezan de consumo de drogas (legales o no) estamos en los primeros puestos para alcohol y tabaco, cocaína, anfetamina y éxtasis (MDMA). No estamos entre los mayores consumidores de cannabis, pese a estar por encima de los ingleses, por que África, Oceanía y Canadá se cuelan entre los primeros. En cuanto a los opiáceos -tipo heroína– el máximo consumo se da en la zona de la antigua URSS.
El uso de drogas recreacionales es antiquísimo y está sujeto a una red de factores heterogéneos que en los últimos años está siendo explicada por el modelo biopsicosocial. Por tanto analizar de forma aislada las prevalencias de consumo no es una manera efectiva de estudiar este problema. Os recomendamos que leáis todo el informe (o al menos los resultados) disponible en la web de la UNODC para descargar entero o por secciones.
Fuente: somosmedicina
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Naciones Unidas incluyó hoy a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejército de Liberación Nacional (ELN) entre los 16 grupos armados del mundo que violan de manera sistemática los derechos de la infancia.
Las dos fuerzas guerrilleras colombianas aparecen en la lista de los mayores reclutadores de niños soldados del planeta, que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha incluido por primera vez en su informe anual sobre la situación de los niños en los conflictos armados.
Ban acusa a estos grupos armados de ser los «violadores más persistentes» de los derechos de la infancia, por haber aparecido en al menos cinco ocasiones anteriores en este estudio que remite cada año al Consejo de Seguridad del organismo.
Además de los insurgentes colombianos, en este registro se encuentran movimientos rebeldes de Darfur, los talibanes afganos, Al Qaeda, las milicias islámicas somalís Al Shabab o la guerrilla ugandesa del Ejército de Resistencia del Señor (LRA), así como la policía nacional afgana o el Ejército sudanés.
El secretario general también incluye por primera vez en el documento una lista, con dos nombres, sobre los grupos que matan y mutilan a menores, así como otra, con siete, de los que violan y cometen agresiones sexuales contra niños.
En el caso de Colombia, el informe del secretario general lamenta que en 2009 «el reclutamiento y uso de menores fuera una práctica habitual, sistemática y extendida de los grupos armados ilegales».
Además, denuncia que las FARC y el ELN emplearon a estos niños soldados «en combates, para reclutar otros menores, así como espías, esclavos sexuales y asistentes logísticos».
También cita un reporte de la fiscalía colombiana que habla de 156 casos de reclutamiento de menores entre enero de 2008 y agosto de 2009, que involucran a 633 niños.
«La resistencia o los intentos de escapar han expuesto a algunos de estos niños a la tortura o la muerte», resalta el documento, en el que además se denuncia que muchas menores se quedan embarazadas para evitar ser incorporadas por la fuerza a las filas de los insurgentes.
Asimismo, el documento señala que los grupos armados surgidos de los antiguos paramilitares de las Autodefensas también reclutan a menores.
Por otra parte, se hace eco de las denuncias de que el Ejército colombiano ha utilizado a menores en tareas de inteligencia, particularmente en zonas rurales del Valle del Cauca, y critica programas cívico-militares destinados a los menores, como el de los «lanceritos», que pueden ocasionar represalias por parte de la guerrilla.
El secretario general de la ONU lamenta que la población infantil siga siendo blanco de ataques guerrilleros indiscriminados, o que estos mismos grupos amenazan con matar y ejecuten a menores que sospechan son informantes de las autoridades.
La ONU considera que en un conflicto se producen graves violaciones a los derechos del niños cuando se dan casos de reclutamiento de menores, se mata o hiere a niños, se les viola y secuestra, se atacan sus escuelas y hospitales o se les niega asistencia humanitaria.
De acuerdo a estos parámetros, el informe cita 20 conflictos en los que los combatientes no respetan los derechos de la infancia.
Estos son los que tienen lugar en Afganistán, Burundi, la República Centroafricana, Chad, Costa de Marfil, la República Democrática del Congo, Haití, Irak y Líbano.
También menciona los casos de Birmania, Nepal, los territorios palestinos ocupados, Israel, Somalia, Filipinas, Sudán, Tailandia, Sri Lanka, India, Uganda y Yemen.
Fuente: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]
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Las nuevas «drogas de violación», que reducen la resistencia a quienes se les administran, se usan cada vez más para cometer agresiones sexuales y robar los bienes a sus víctimas, advierte el último informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) hecho público hoy en la sede de la organización en Viena.
El uso de estas sustancias es una práctica relativamente nueva y, aunque se ha frenado últimamente endureciendo las medidas contra la más famosa de todas ellas, el Rohypnol o flunitrazepam -de la familia de la benzodiazepina-, los agresores sexuales se han adaptado a la nueva situación. Para evitar la estrecha vigilancia de este psicotrópico -agente químico que actúa sobre el sistema nervioso central originando cambios temporales en la percepción, ánimo, estado de conciencia y comportamiento-, los delincuentes han comenzado a emplear otros alternativos que no están sujetos a control internacional o al menos a una vigilancia estrecha, con lo que se adquieren «más fácilmente».
El Rohypnol, tan usado en la década de los 90 por los agresores sexuales que fue llamado «la droga de los violadores», ha comenzado a ser sustituido por otras nuevas, que se usan con mayor frecuencia, como el ácido gammahidroxibutírico o GHB, la ketamina y la gamma butirolactona o GBL. «La mayoría de las cuales son de fácil acceso en muchos países, por lo que caen frecuentemente en manos de delincuentes», asevera la JIFE, institución independiente de las Naciones Unidas.
Noticia completa en: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]
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– El beso del sueño. Drogas para cometer violaciones sexuales.
Al menos una de cada tres mujeres en todo el mundo ha sido golpeada, coaccionada sexualmente o ha sufrido otro tipo de abuso en su vida (siendo el culpable de los abusos generalmente un conocido). La violencia contra las mujeres y las niñas es un problema con proporciones de epidemia, quizás la violación de los derechos humanos más generalizada de las que conocemos hoy en día. Destroza vidas, rompe comunidades y detiene el desarrollo.
Las estadísticas muestran un panorama desolador en relación con las consecuencias de la violencia contra la mujer (en 2002 el Consejo de Europa adoptó una recomendación en la que declaraba la violencia contra la mujer como una emergencia de salud pública y como causa mayor de muerte y discapacidad de mujeres entre 16 y 44 años). En un informe del Banco Mundial, se estimaba que la violencia contra la mujer era una causa de muerte e incapacidad entre las mujeres en edad de procrear tan seria como el cáncer y una causa de mala salud más frecuente que los accidentes de tráfico y la malaria juntos. El coste económico también es considerable, pues un informe de 2003 del Centro de Control y Prevención de Enfermedades consideraba que sólo en los Estados Unidos de América el coste de la violencia que sufren las mujeres a manos de sus parejas supera los 5.800 millones de dólares al año: 4.100 millones son para servicios de atención médica y sanitaria directa, mientras que la productividad pierde cerca de 1.800 millones de dólares.
Llevar el tema a la atención pública
En su mayor parte, el coste humano de la violencia de género es invisible. El miedo y la vergüenza siguen impidiendo que muchas mujeres denuncien su situación y, por ello, los datos recogidos son a menudo insuficientes e inconsistentes. Sin embargo, en las dos últimas décadas se han alcanzado logros significativos para sacar el tema a la luz pública e incluirlo en las agendas de las políticas internacional y nacional.
Las organizaciones de la mujer se han puesto a la cabeza llevando a cabo una amplia gama de esfuerzos innovadores como la prestación de servicios, el cabildeo y la redacción de proyectos de ley, la concienciación de la abogacía, la educación y formación y la creación de redes regionales, nacionales e internacionales que trabajan por acabar con la violencia.
Más de 45 países tienen ya una legislación específica sobre la violencia doméstica y un creciente número de países ha instituido planes nacionales de acción para acabar con la violencia contra la mujer. Sin embargo, la falta de los recursos adecuados para aplicar estas políticas sigue impidiendo el progreso.
Tomar la seguridad en sus propias manos
Las redes regionales, nacionales y mundiales creadas por grupos de mujeres están creciendo en fuerza y en impacto. Estas redes, como la Red regional del Pacífico contra la violencia contra la mujer, the Women, la Red Africana para el Derecho y el Desarrollo, el Foro de Asia Meridional contra el tráfico de personas y muchos otros, han llegado a desempeñar un papel primordial en la lucha por concienciar a las distintas comunidades y conseguir un cambio positivo aquellas actitudes y prácticas relacionadas con la violencia de género. Estas redes han inspirado una amplia gama de campañas que han hecho de este tema un centro de atención. En los años 80, el Día internacional contra la violencia contra la mujer se encontraba entre las primeras campañas organizadas y se celebraba todos los años el 25 de noviembre en toda América Latina para honrar a las hermanas Mirabel, tres activistas políticas asesinadas. En 1999, las Naciones Unidas se unieron a la campaña designando el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La campaña Los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género es otro símbolo del movimiento mundial de mujeres y de las redes que buscan el fin de la violencia de género. Está coordinada por el Centre for Women’s Global Leadership y trabaja desde el 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre (Día de los Derechos Humanos). Involucra a cientos de organizaciones de todo el mundo en actividades como programas en los medios de información, manifestaciones, conferencias, exhibiciones y representaciones.
Algunas agencias de la ONU también se han unido a las ONGs y a los gobiernos para llevar a cabo campañas regionales que conciencien a las comunidades y las lleven a la acción. El UNIFEM, haciendo gala de su profundo compromiso con la erradicación de la violencia contra la mujer, ha liderado la coordinación de varias campañas interinstitucionales de la ONU llevadas a cabo a escala regional en los últimos años en África, América Latina, Asia y la región de la CEI. El UNIFEM también encabezó la organización de una videoconferencia mundial sobre el fin de la violencia de género en 1999. La conferencia, una revolucionaria colaboración entre las instituciones de la ONU unió cinco lugares (Estrasburgo, Nairobi, Nueva Delhi, la ciudad de México y Nueva York) para hablar sobre estrategias innovadoras para tratar el tema a escala mundial.
La respuesta de la comunidad internacional
El cambio radical de las normas, leyes, políticas y prácticas relacionadas con el tema, ha ido emparejado con las respuestas de la comunidad internacional. Esto ha facilitado el reconocimiento de la violencia contra las mujeres como un abuso contra los derechos humanos.
La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), celebrada en 1981, reconoce la violencia contra la mujer como una forma de discriminación especialmente atroz que debe ser erradicada. Los Estados que tomaron parte en la Convención tienen la obligación de usar todos los medios apropiados para eliminar la discriminación contra la mujer. Otras declaraciones de política internacional dirigidas a terminar con la violencia son la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer adoptada por la Asamblea General de la ONU en 1993 y la Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing en 1995. Ambos documentos definen la violencia de género como una violación de los derechos de la mujer y como una forma de discriminación que impide que la mujer participe plenamente en la sociedad y realice su potencial como ser humano. Así mismo, dichos documentos comprometen a los firmantes (los Estados Miembros de la ONU) a llevar a cabo acciones para proteger a las mujeres y las niñas.
El reto: ni un minuto más
Se ha progresado en la concienciación de la magnitud del problema. Sin embargo, a pesar de este progreso, el mundo de hoy no es más seguro que el de hace dos décadas. Hay una violencia creciente en las sociedades en general y una continuo alejamiento entre los compromisos políticos y los recursos necesarios para llevarlos a cabo. Las intervenciones contra la violencia no serán eficaces hasta que el nivel de los recursos se equipare al de la magnitud del problema.
La violencia contra la mujer es actual, generalizada, sistémica e incluso autorizada. El reto más importante sigue siendo pasar de la conciencia de que se trata de una violación de los derechos humanos y un delito a hacer de la violencia de género algo inaceptable para la sociedad y contrario a sus normas. Los gobiernos, las ONGs, la sociedad civil, el sector privado y los organismos internacionales deben trabajar juntos para enfrentarse a este reto de forma competente y para aportar la voluntad política, el compromiso y el valor para erradicar esta laceración de la vida humana.
Fuente: UNIFEM (Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer)
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Un millón de personas se suicida por año en todo el mundo
Un mundo cada vez más deshumanizado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que cada año un millón de personas se quitan la vida, mientras que una de cada 20 que lo intentan cada día lo consigue.
En otras palabras, si todos los intentos se concretaran, el número de suicidios al año sería de ¡veinte millones! ¿Por qué lo hacen? Las causas son múltiples, pero en esencia se siente un hastío ante la vida, la vida que vivimos ya no puede ofrecernos satisfacción y decidimos terminar con ella.
La OMS informó que el suicidio se encuentra entre las tres primeras causas mundiales de muerte en personas de 15 a 44 años y estimó que para el año 2020 la cantidad de estos hechos crecerá 50 por ciento, hasta alcanzar 1,5 millones de muertes anuales.
El Día Mundial para la Prevención del Suicidio tiene lugar cada 10 de septiembre desde 2003 y es una indicativa de la OMS que apunta a mejorar la educación en el tema, distribuir información, reducir la estigmatización y aumentar la conciencia de que el suicidio es prevenible.
El tema elegido este año para promover acciones que eviten que las personas terminen con su vida es «prevención del suicidio en culturas diferentes».
La OMS explicó que los factores culturales, religiosos, legales, históricos, filosóficos y tradicionales influyen en la decisión, por lo que deben ser tomados en cuenta a la hora de abordar la problemática.
Según el organismo internacional, la mayoría de los suicidios pueden prevenirse. Para ello aconsejó reducir el acceso a los medios para hacerlo (pesticidas, medicamentos, armas de fuego); tratar a las personas con trastornos mentales y, en particular a quienes padecen depresión, alcoholismo o esquizofrenia.
También recomendó realizar un seguimiento de los pacientes que intentaron quitarse la vida, fomentar un tratamiento responsable del tema en los medios de comunicación y formar a los profesionales de la atención primaria de salud.
La OMS advirtió que sólo un escaso número de suicidios se producen sin aviso y que, en consecuencia, deben tomarse en serio todas las amenazas de autolesión.
Por último , indicó que la mayoría de las personas que intentan suicidarse son ambivalentes y no buscan exclusivamente la muerte, por lo que muchos suicidios se producen en una fase de mejoría, cuando la persona tiene la energía y la voluntad para convertir sus pensamientos desesperados en una acción destructiva.
Fuente: Conocer Ciencia
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El alto comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Cristian Salazar, entregó este sábado un informe previo sobre las indagaciones que realiza junto a la comisión investigadora de la masacre de indígenas Awá cometida el pasado 26 de agosto y en la que siete niños fueron asesinados.
Salazar indicó que a las Naciones Unidas le impresiona el número de niños que fueron asesinados. Un total de siete y no cinco, como se indicó inicialmente lo que representa una nueva dimensión ataque contra la etnia Awá.
La seguridad de los sobrevivientes de la masacre y sus familiares es un punto de mucha preocupación para el alto comisionado, por lo que pidió protección por parte del Estado colombiano para evitar un mayor derramamiento de sangre.
El alto comisionado prometió que Naciones Unidas hará todo lo posible para apoyar a la Fiscalía colombiana en el trabajo de esclarecimiento de la masacre para que ésta no quede en la impunidad.
Los líderes Awá le han expresado a la comisión del Gobierno que la seguridad democrática no llega a la zona donde habitan y que por ello es necesario que se cree una unidad especial de fiscales para que investiguen la masacre en la que murieron sus miembros.
Masacre podría ser una venganza
Según un reportaje presentado por la revista colombiana Semana, una de las personas que perdieron la vida en la masacre de indígenas Awá fue Sixta Tulia quien había denunciado ante las autoridades que militares colombianos habían ajusticiado a su esposo, Gonzalo Rodríguez, y lo habían reportado como un muerto en combate.
Sixta afirmó que hombres encapuchados detuvieron a su esposo mientras caminaba junto a ella por un resguardo, se lo llevaron a 20 metros, y luego de escuchar unos disparos encontró a su esposo con varios disparos en la cabeza.
El diario colombiano afirma en su sitio web que tuvo acceso al reporte militar donde soldados explican que la muerte de Gonzalo Rodríguez fue en combate y le señalan de ser jefe guerrillero.
«El 23 de mayo de 2009 el Batallón Contraguerrilla Número 23 realizó una operación militar llamada «Mosquetero» en el Kilómetro 80 La Guayacana media hora hacía adentro. Junto con un guía llegan al lugar hacía las 3 horas. Esperaron que amaneciera luego el guía indicó a la persona llamada Gonzalo Rodríguez quien es cabecilla del frente 29 de las Farc. De inmediato se da la captura y este emprende la huida tirando el arma hacia la maraña. Los militares logran su captura de nuevo y le ponen en conocimiento los derechos del capturado, junto con la señora y luego los separan; ubican el arma que portaba y lo retienen. En un descuido de los militares el sujeto emprende la huida hacia el sitio donde se hallaba el arma tirada, la coge sale corriendo y empieza a disparar siendo dado de baja por la tropa», afirma presuntamente el reporte militar.
Por su parte, Sixta Tulia no se quedó callada y denunció su versión ante las autoridades, pero este miércoles 26 de agosto, a las 5 de la mañana, un grupo de hombres camuflados y encapuchados, llegaron a la casa donde ella dormía junto con otros parientes y dispararon a discreción.
Sixta Tulia perdió la vida al igual que seis niños, una niña y cuatro adultos más. La niña era Angie Jazmín Rodríguez, de 5 años, y los niños, Alexander Rodríguez, de 8 años; Yeison Ferney, de 6 meses; Laurencio García, de 5 años; Roberto Guanga Nastacuas, de 17 años, David García, de 12 años y Luis García, de 13 años.
Los adultos eran Laurencio García, de 38 años, Carmela Guanga, de 18 años; Amparo Nastacuas, de 21 años; Armando Alvaro Nastacuas, de 19 años, Y quedaron heridos Javier García, de 20 años y Yolanda Bisbicus, de 22 años.
Fuente: TeleSUR
1,2 millones de niños son objeto de esa actividad criminal anualmente, tanto entre países como dentro de la misma nación.
Según el informe presentado por la relatora especial de la ONU sobre el tráfico de personas ante el Consejo de Derechos Humanos, Joy Ngozi Ezeilo, se estima que 2,5 millones de personas son víctimas de ese «comercio global», que afecta a «casi todos los países del globo, tanto si son fuente como si son países de tránsito o de destino» del tráfico de seres humanos.
«Desde el punto de vista económico, el tráfico de seres humanos se ha convertido en un comercio global que proporciona enormes beneficios a los traficantes y al crimen organizado», afirmó Ngozi Ezeilo, para quien el fenómeno «se rige por las mismas fuerzas de la globalización de los mercados».
La mayoría de las víctimas del tráfico internacional de seres humanos son mujeres y niños de bajo nivel socio-económico, detalla el informe.
El texto señala así que la mayoría de ese tráfico se lleva a cabo desde los países en vías de desarrollo hacia las naciones más ricas.
Según la relatora especial, los estudios ponen de manifiesto a menudo los fines de explotación sexual del tráfico de seres humanos pero éste también tiene «otros aspectos importantes, como el trabajo forzado, la esclavitud o la extirpación de órganos».
Ngozi Ezeilo deploró «la ausencia de estadísticas sistemáticas y fiables» que permitirían delimitar «un fenómeno complejo y aún más insidioso por su naturaleza clandestina».
Fuente: AFP