En EE.UU., cada día 87 personas son víctimas de accidentes relacionados con armas (ya sean homicidios o suicidios). De estas 87 personas, ocho son menores de edad. Además, otras 179 personas al día son heridas por culpa del uso indiscriminado de armas, lo cual pone de manifiesto la necesidad de poner freno a esta situación.
Para conseguirlo, pusieron en marcha un concurso en el que participaron 200 personas y hubo 15 ganadores. El primer puesto se lo llevó Kai Kloepfer, un adolescente de 17 años de edad de Colorado. El prototipo que desarrolló este chico consiste en un arma de fuego (fabricada utilizando una impresora 3D). La peculiaridad es que se trata de un arma inteligente, ya que únicamente se desbloquea al encontrarse en manos de su propietario. Para ello, este chico -que ha desmotrado una enorme cantidad de conocimientos- ha integrado un sensor biométrico en un arma de fuego, requiriendo la huella dactilar del usario para desbloquearse. Si no reconoce a la persona, la pistala no podrá ser utilizada. Esta pistola puede almacenar hasta 999 huellas dactilares (esta información es almacenada en el arma y no en la nube, lo que reduce las posibilidades de hackeo). El sensor biométrico es capaz de reconocer las huellas dactilares de los usuarios con un 99,99% de precisión.
Ampliar en: wwwhat’s new