La Fundación John Templeton tiene pormisión es promover el «diálogo» entre ciencia y religión, lo que viene a significar que quieren que la ciencia acepte la premisa de dios sin que esta haya sido probada.
También existe el Premio Templeton, que se entrega anualmente a «una persona viva que haya hecho una contribución excepcional a afirmar la dimensión espiritual de la vida, ya sea a través de una idea, de un descubrimiento, o de alguna acción concreta».
La edición 2012 del premio ha sido concedido al Dalái Lama, con la siguiente justificación:
Durante décadas, Tenzin Gyatso, de 76 años, el 14º Dalái Lama – un linaje que los seguidores creen que es la reencarnación de un antiguo líder budista, que sería el epítome de la compasión – se ha enfocado vigorosamente en las conexiones entre las tradiciones de investigación de la ciencia y el budismo como una forma entender mejor y avanzar en lo que ambas disciplinas pueden ofrecer al mundo.
En concreto, anima a estudios científicos serios de investigación del poder de la compasión y su amplio potencial para abordar los problemas fundamentales del mundo – un tema en el núcleo de sus enseñanzas y una piedra angular de su inmensa popularidad.
Eso es torcer la verdad -y la ciencia- hasta dejarla irreconocible. El Dalái Lamaes un patético ejemplo de ser humano cuya secta budista sólo puede ofrecerle al mundo lágrimas porque el Tibet no siga siendo una dictadura feudal en la que él figura como amo y señor de todo.
El Premio Templeton le ha sido otorgado a muchas personalidades que creen que promover la ridícula e ilusa idea de «una dimensión espiritual» sirve para ayudar de alguna manera al mundo. Así tenemos que lo han ganado Teresa de Calcuta y otros mentirosos profesionales, que han sido o bien fundadores de sectas, o presidentes de seminarios.
Fuente: Why Evolution Is True